—Gracias Leo — susurró estrechando al morocho entre sus finos brazos. Leo sonrió y le dejó un besito en la coronilla.
—Esos mierdas no se meten nunca más contigo— le juró.
—Ve a descansar— pidió mirándolo a los ojos —. Ya estoy tranquila. El doctor dice que se quedará atento al teléfono, Carlos no ha dejado de llamar o escribir y Logan igual.
—Solo me voy porque él — susurró y ambos miraron a Alex que estaba muy concentrado en su teléfono— es capaz de matar a cualquiera que quiera acercarse para dañarte — Y no la dejó replicar nada porque se dió media vuelta y salió del departamento.