Jhazlym, después de vivir una serie de problemáticas que parecen nunca terminar, decide asistir a terapia en busca de ayuda, pero el universo juega a su favor para invitarla hacer una sanación que había ignorado por muchos años. Sanar la raíz de sus problemas: su padre. Sigue un ejercicio de escribir cartas a su padre a quien le cuenta todo lo que se perdió en su vida que la invita interiorizar para encontrar muchas vivencias que había escondido bajo mil candados en lo más profundo de su ser y al abrirlos es obligada hacer la sanación que la llevará auto conocerse, aprender amarse para finalmente recibir el regalo que el universo estuvo preparando para ella: su complemento. La persona que la va amar como ella lo hará y viceversa.
Ler mais(JHAZLYM ESCOBAR)
La respiración de Jhazlym se aceleró al ver la habitación en completamente en blanco, sin puertas, ventanas, muebles, estaba completamente vacío, no había un lugar a donde ir y su corazón comenzó agitarse bruscamente, como si fuese que en cualquier momento tendría una muerte segura. «¿Quién me va encontrar aquí si algo me pasa?», se preguntó y fue una muy mala idea porque su corazón se agitó todavía más. Un perfume particular pudo percibir, en las últimas semanas la había acompañado diariamente, ya no esporádicamente como había sido en tiempos anteriores; como siempre se sintió alterada porque su corazón seguía latiendo despiadado mientras que sus ojos miraban alrededor en busca de alguna puerta que la saque de donde se está porque sea donde sea que mirará no salía del color blanco.
—¡Ayuda! —gritó varias veces sintiendo gran impotencia porque no era escuchada por absolutamente nadie—. Por favor, ayuda.
—Las paredes.
Esa voz no salió de su cabeza, al menos de eso estaba segura porque lo sintió como si estuviese al lado de ella, aunque a su lado no había absolutamente nadie. Inquieta volteo a todos lados para buscar el dueño de la voz, porque sí, era hombre, pero no encontró absolutamente a nadie y la respiración se le aceleró. ¿A dónde podía volverse a mirar está vez? Cerró los párpados sintiendo como su corazón se agitaba de maneras inesperadas, pero termino acercándose hacia un extremo, en busca de un final y para su buena fortuna lo encontró. ¿Qué se suponía que encontrar? No tenía una idea, pero busco un final, un comienzo, deseando que de esta manera pudiera estar a salvo, pero ni de cerca pudo ser así porque no tenía la mínima idea de cómo volverlo realidad, pero tampoco es que dijo algo, se mantuvo en completo silencio, buscando algo que la saque de ahí. Un golpe escuchó del otro lado y por un momento se asustó porque no tenía idea que pudiese existir un otro lado en ese... ¿Cómo llamarlo? Porque ni se puede considerar que es una habitación, aunque tiene una pared.
—¿Hola? ¿Alguien está aquí?
—¡Estoy aquí!
La voz, esa es la voz que hace un momento había escuchado. Cerrando los párpados se llevó las manos directamente a su cuerpo, sintiendo como su corazón se estaba agitando de sobremanera porque sabía que había escuchado esa voz, aunque no tenía la más mínima idea de dónde provenía. Solo podía asumir que venía del otro lado de la pared que hace un momento había tocado, pero más allá no podía ver, era incapaz de ver más allá de lo que ya en ese momento había conseguido. Se sentía muy nerviosa, pero no podía hacer más que intentar, aunque no tenía idea de que tenía que intentar.
—¿Sigues ahí? ¿Hola?
Los golpes los siguió escuchando así que salió de su sorpresa para poder tocar la pared que tiene frente de ella. Llevo la oreja, dando un brinco hacia atrás cuando volvió a golpear el hombre del otro lado y una maldición escapó de los labios de ella.
—¿Me estás escuchando? Porfavor, di algo.
—Estoy aquí, lo siento. ¿Cómo salimos de aquí?
—No lo sé, acabo de despertar cuando escuché tus gritos, ahí supe que había un otro lado, pero no sé más. ¿Dónde estás?
—¿Qué es lo que ves?
—Todo blanco, ¿tú?
—También, veo todo blanco.
«¿Cómo puede ser posible que ambos veamos lo mismo?», se preguntó Jhazlym aún con las manos en la pared, intentando buscar un inicio, un final, lo que sea. Intentar buscar una lógica no era posible porque sabía que no iba funcionar de ninguna manera así que siguió ahí, completamente quieta, observando la pared blanca en busca de una línea.
—¿Qué es lo que ves?
Jhazlym esbozo una sonrisa al escuchar la risa del otro extremo y aunque odio escucharlo reír, asintió lentamente, asumiendo el error que había cometido: hacer una pregunta demasiado obvia. Realmente no debió de ser tan obvia, no debió de hacer una pregunta como sea.
—¿Es enserio?
—Me refiero a si ves alguna línea, lo que sea puede funcionar para saber qué hacer, ¿te pusiste a pensar en eso?
—Ah, no.
«Este chico va mucho a la defensiva». Jhazlym exhaló un suave suspiro, sintiendo que estaba compartiendo con un idiota; ella no suele juzgar con tanta facilidad, o tal vez sí, pero se sentía muy incómoda con la reacción de él, se estaba comportando como un tonto ante una pregunta que solo podía responderla o dejarlo estar.
—¿Puedes buscar una?
—Lo estoy haciendo desde hace rato porque se supone que debe existir una forma de salir de aquí.
—¿Y si no la hay?
Escuchó un bufido a lo que ella alzó la mirada como si supiera que este chico fuese alto, aunque no tenía la más mínima idea de cómo es que era él.
—¿Qué te hace pensar en eso? Sé que hay una.
—¿Cómo estás tan seguro?
—¿Y tú por qué dudas? En lugar de tanto cuestionamiento, ayúdame a encontrar la puerta.
Otro golpe, seguido de otro comenzó a escuchar, pero eso no fue lo que la invito a distanciarse de esa pared, sino que retumbo como si fuese a caerse porque podía jurar que vio como polvo se estaba esparciendo en su rostro.
—¿Qué estás haciendo?
—Algo que tú no, ayúdame.
—No sé cómo hacerlo, lo siento.
—Solo haz algo, solo hazlo.
Sintió su frustración, pero se quedó completamente quieta hasta que escuchó otro golpe que provenía del otro lado y ella, aunque tenía miedo, se unió a los golpes, rasgando la pared como si con eso pudiese ser posible lograr algo. Tenía miedo de escuchar más gritos por parte de él, y aunque quería rendirse, no lo hizo, le hizo caso al desconocido.
—No puedo, no puedo.
No hubo respuesta y de lo que Jhazlym había caído de rodillas se volvió a pegar a la pared, golpeando, aunque no sabía si tendría respuesta.
—¿Sigues ahí? Dime algo, por favor.
Ella volvió a golpear, rogando que le vuelva a responder, pero él no lo hizo y ella siguió golpeando tan fuerte como podía, deseando que el otro le vuelva a decir algo, o pueda volver a golpear junto a ella.
—Oye, ¿puedes escucharme?
Nuevamente volvió a golpear, esta vez con ambas manos.
—Sé que estás ahí, por favor.
—Creí que habías dicho que no podías.
—Solo quería un descanso, era lo único que quería.
—Tómalo.
Fue lo único que pudo escuchar por parte de él, y aunque ella quería saber más, sobre todo que pensaba, no era una posibilidad porque él seguía en completo silencio sin hacer absolutamente nada para que esa pared pueda ser rota. Jhazlym se frustro, pero volvió a pegar la oreja en la pared, deseando escucharlo.
—Por favor.
—¿Qué? Te dije que te tomes el descanso, ¿no me escuchaste?
—Sí, claro.
—Entonces, ¿qué quieres?
—Saber que estás ahí, saber que no estoy sola.
—Estamos atrapados aquí, no me iré a ninguna parte.
—¿Cómo puedo saber eso?
Jhazlym esbozo una sonrisa en cuanto escuchó el suspiro de él, sobre todo porque fue muy ruidoso y se podía escuchar que lo estaba aburriendo, y aunque eso último no le gustaba, lo dejo estar.
—Porque estoy aquí. ¿Estás bien con eso?
—No lo sé, quiero verte.
—Ay, niña...
Y fue lo único que pudo escuchar de él porque no dijo ni una sola palabra más. Jhazlym siguió golpeando, rogando que le pueda decir alguna palabra más, pero no lo consiguió y se sentó de espaldas a la pared para poder recostarse ahí, pegando la cabeza en la pared y cerrar los párpados por un momento. Puso la mano, deseando sentirlo, pero no sabía ni cómo hacerlo.
—¿Sigues ahí?
—Sí.
Una sonrisa pequeña esbozo antes de volver abrir los párpados, solo que esta vez no vio nada blanco, al contrario, vio el techo de su habitación.
—¿Qué fue eso?
Sus ojos siguieron mirando, notando que todo estaba en orden y ella estaba cubierta por su manta favorita en su habitación, la luz nisiquiera había salido todavía porque aún estaba todo oscuro a su alrededor, de fondo podía escuchar los ronquidos de su madre, pero nada más, nada más pudo escuchar ni distinguir. ¿Qué es lo que estaba pasando? Ella no le pudo encontrar una respuesta ni nadie, al contrario, mucha duda encontró en su mente, pero tomo su teléfono para entrar a sus redes sociales, encontrándose con la foto de un artista que no conocía de nada, pero que lleva un tiempo apareciendo en sus redes sociales y en todos lados a donde ella volteaba a mirar, porque inclusive en la calle se encontraba con posters de él y de la banda musical a la que pertenecía. No tenía una idea a que se debía, pero sabía que no era nada normal que se apareciera de esta manera, además el sueño que tuvo, no tiene ni una sola explicación. ¿Quién era ese hombre? Es la única respuesta que tenía en mente, además que en algún momento en el pasado había soñado con esa voz.
«¿Quién es?».
Volvió a cerrar los párpados, volviendo a quedarse dormida con el deseo de volver a soñar con ese sueño repetitivo, con esa voz, y, sobre todo, ver al dueño de esa voz.
(JHAZLYM ESCOBAR)Cristofer jamás podría ayudarle a salir de la jaula prejuiciosa que está viviendo, tampoco André, Gino, Alejandro. Nadie podría sacarla, ni siquiera su propia madre, pero, eso ella no termina de creerse las cosas porque siempre está en completo conflicto, si no es por su peso, es por lo que come, por lo que no hace perfectamente, porque no está haciendo bien las cosas. Tiene miedo, agoniza de miedo, pero ella busca con locura la perfección. El cuerpo perfecto, el texto perfecto, los cuadernos perfectos. Todo perfecto, en lugar de ser ella misma, de permitirse gozar el ahora y hacerlo como puede, darse esos golpecitos en el hombre por lo bien que está haciendo. «¿Por qué no me salen las cosas bien? Quiero ser perfecta», pero debe dejar de idealizar algo que aún no existe. Si tan solo pudiera ingresar a su mente para implementar eso necesario para sí misma, sería de maravilla, pero no puede ser así porque anda dando vueltas en hacerlo desde la perfección.Su madre fue
(JHAZLYM ESCOBAR)Jamás fue amante del sol por más que fue una sirena o un pez bajo el agua la piscina o el mar porque lo que más ama hacer es nadar, pero no la arena porque detesta como se le pega entre los dedos de los pies. Tiene fotografías de bebé en donde es intolerante a la arena, no la soporta ni un poco, pero su pasión por los países que le otorga la playa, o cualquier otro lugar, es fascinante para ella. Muchas cosas cambiaron cuando su padre murió, una de esas cosas fue su gustó por la playa, fue un lugar que no deseaba ir más, se sentía bastante incomoda con la sola idea de ser tocada por el agua del mar, y por la arena mojada. Tan solo la idea de sentirla entre los dedos de sus pies era como ser asfixiada por ella, se sentía de esta manera porque su padre no volvería vivir nada de esto de nuevo, y gracias a él sentía esta conexión con el mar, le encantaba, pero no era completamente feliz con la idea de no vivirlo otra vez con él. Ni tampoco podría recogerla de su nuevo em
(JHAZLYM ESCOBAR)—Ya veremos.—Nos llamas a la hora que llegues —exhala ella un suspiro, asintiendo despacio con la cabeza—, y también si pasas la primera entrevista.—Está bien, yo les aviso a ambas.Un beso dejo en ambas cabezas antes de salir del edificio con una sonrisa muy pequeña, contenta porque por primera vez saldría a solas, después de mucho tiempo, además que iría tan lejos, a solas. Jhazlym anda muy emocionada de que prontamente podrá tener muchas experiencias nuevas, iniciando por menos de dos horas. Ni siquiera había cruzado la pista doble a solas, y a estas alturas ya tenía veintiún años. ¿Vergonzoso? Tal vez es así, pero ella está satisfecha con eso.Dos horas más tarde ya estaba bajando el puente de donde la dejó el transporte público, y con una sonrisa comenzó a bajar las escaleras para buscar otro transporte público que la deje más cerca del lugar. ¿Dónde está? Ni ella sabe, pero le tocó preguntar muchas veces para poder llegar.—Gracias —sonríe cuando le señalan l
(JHAZLYM ESCOBAR)¿Cómo empiezas a trabajar si no conoces del tema?Ella en alguna oportunidad lo había entendido, pero jamás había logrado entender más allá porque su pensamiento es muy distinto a lo que dicta la sociedad, su pensamiento es muy alejado a lo que debería de ser. Lo mismo pasa con el dinero, es una compradora impulsiva y derrochadora que no piensa dos veces para hacer compras que después no sabe como pagar, esa es la manera en que varias veces termino metiendo en problemas a su madre que pagaba por cada una de las cosas que después no utilizaba ni por casualidad. Desde hace un tiempo, completamente cansada de que siempre le saquen en cara todo lo que hacen por ella, está desesperada por un trabajo que pueda pagar absolutamente todo y cada uno de sus caprichos; no sabe hacer muchas cosas, pero lo poco que sabe hacer es absolutamente nada.¿Cómo puede hacer para ganar dinero?Tiene muchas cosas en mente, pero no sabe por donde precisamente iniciar y es preocupante, pero s
(JHAZLYM ESCOBAR) —¿Te apetece comer algo? —la pregunta de Glenda la hizo mover la cabeza en un par de negativas, exhalando segundos después unos cuantos suspiros—. Bueno, yo sí. Y se levantó del sofá que estaba al lado de Jhazlym, caminando hacía la cocina, la pequeña solo se acercó hacía el baño para hacer eso que necesita: lavarse la cara. se miró al espejo haciendo un pequeño gesto de lastima antes de exhalar un suave suspiro antes de morderse los labios y volver a lavarse la cara. Pudo ver cada arista de su rostro en esos tonos rojos, esos labios hinchados en color carmesí, al igual que su nariz y sus ojos. Dos veces más se lavó la cara antes de secarse con un pedazo de papel higiénico, salió al exterior para ir a la cocina, con ese miedo de no saber si irse a casa ya, o volver a su casa. Desde pequeña sintió miedo de salir a solas, salir por esa puerta a buscar sabrá Dios que, no tenía algo seguro, pero si muchas ganas de dar ese paso que aún no se atreve. ¿Cómo hacerlo sin se
(JHAZLYM ESCOBAR) La castaña comenzó a mover el lapicero de un lado hacía otro, sin importarle que tanto le estaba molestando el costado de la diestra y una lágrima que cae por su mejilla, lágrima que limpia con su mano libre antes de moverse para rodar en la cama y mirar hacia arriba, el techo que tiene algunas estrellas que brillan en la oscuridad. En su habitación de niña tenía estas estrellas, pero en la actualidad estaba lejos de tenerla porque el día de la mudanza no pudieron encontrar las dichosas estrellas, así que estas estrellas que mira es parte de su imaginación de ese recuerdo que tiene y la dejo marcada como si fuese un tatuaje, tal como todas las cosas que experimentó hasta ese momento, de las cuales no se queja por supuesto. No puede hacerlo porque todo eso la llevó a un fuerte aprendizaje, uno que no quiere ahora mismo, pero que no puede ignorar porque es parte de ella. Cerró los párpados unos segundos antes de exhalar un suspiro pequeño, rogando no quedarse dormida,
Último capítulo