—Luci...
—Te extraño tanto...
—¿Por qué no vuelves?
Solo el silencio de la sala oscura y el frío viento aullando sin piedad fuera de la ventana le respondieron.
...
Al día siguiente, Lucía se levantó temprano, se aseó, preparó el desayuno, ordenó todo y se alistó para ir al laboratorio. Al cerrar la puerta, notó una bolsa de papel colgada en la manija, que contenía un tubo de crema antialérgica para la rinitis. Y era exactamente la marca que ella solía usar. Miró alrededor, ¿quién la habría dejado?
De repente, su mirada se posó en la puerta de enfrente. Lucía observó la crema y examinó cuidadosamente la bolsa de papel.
Justo cuando se disponía a tocar para preguntar si Daniel la había dejado, la puerta se abrió bruscamente desde adentro.
Daniel salió con expresión seria y se detuvo al verla.
Lucía notó su semblante preocupado y preguntó—: ¿Pasó algo?
—Vamos al laboratorio primero —respondió Daniel con seriedad—. Te cuento en el camino.
—De acuerdo —Lucía también adoptó un tono grave, o