— Yo prefiero el hot dog, en serio es perfecto.
— ¿Perfecto? — pregunté indignado — Perfecta es una hamburguesa con doble carne y tocino.
Estábamos sentados en el centro comercial, ella disfrutaba de su perro caliente y yo de mi amada hamburguesa. Ambos esperábamos que Lucas y Amélie terminaran de comprar sus comidas.
— Esos son tus gustos — Adele se encogió de hombros — Son terribles, pero son tuyos.
— ¡Oye! No son terribles — hice un puchero.
Ella rió.
— Siempre lo han sido, Adam. Te doy un ejemplo: Chl... olvídalo.
Iba a decir su nombre pero se detuvo, seguramente por lástima.
— Dilo — hablé — Di Chloe, di que fui un tonto por enamorarme de ella.
— No fuiste un tonto, Adam — Adele se acercó a mí y tomó mi mano tomándome por sorpresa — El corazón no elige. No eres culpable de enamorarte de alguien, eres valiente.
Sonreí.
— Aunque ella es una... — siguió diciendo pero se interrumpió.
— ¡Dilo! — reí al ver cómo era tímida hasta para insultar — Insúltala. Eso te liberará un poco.
— Es