Parte 4...

— Sigue sufriendo, pero con el tiempo mejorará. Fue muy duro para ella el golpe - Aline suspiró — Todavía es doloroso ver como el padre anda por ahí con esa otra chica y dejó a la madre llena de deudas, por no hablar de la humillación de ser engañada por su mejor amiga - torció la boca con disgusto.

— Para mí papá es un cabrón - dijo Alana enfadada.

— La venta de la casa fue horrible, ni siquiera pensó en nosotros - comentó Aline con tristeza — Es difícil creer que nos hiciera eso.

— No estés triste por ello. Olvídate de las bromas de papá. Conseguí mucho dinero para arreglar la m****a que nos hizo papá - Alana sonrió triunfante — Conseguí un trabajo que me dará mucho dinero - dijo emocionada — Ya hablé con el abogado para solucionar esta e****a y recuperaremos la casa y más dinero para mamá por la traición.

Aline suspiró, recordando lo que había pasado. No le gustaba pensar en ello, pero aún estaba reciente y era demasiado duro para ella.

— Nunca pensé que nuestro padre fuera capaz de algo así. Mamá no se merecía esto. Después de todo lo que hizo cuando enfermó - agachó la cabeza — La traición fue horrible. No pudo haber sido el amante de esa mujer. Solía venir a nuestra casa. Esto es propio de gente sin carácter.

— Una golfa, eso es lo que es. Nunca me gustó.

— Alana, ¿de dónde sacaste tanto dinero?

— En ese nuevo trabajo del que te hablé - movió el hombro con indiferencia.

— Pero... ¿En tan poco tiempo? - había algo mal en su conversación.

— Bueno... Recibí una cantidad como anticipo... - cruzó los brazos y se encogió de hombros — Una cantidad elevada, para hacer un trabajo...

— ¿Para hacer qué, exactamente? 

— Cosas... Un servicio privado - sacudió las manos — Podremos resolver nuestros problemas y aún nos alcanzará para comprar muchas cosas, ropa, un coche para su madre... Será maravilloso.

Aline empezó a sospechar con tanta facilidad. Quería saber más.

— Y este coche que tienes...

— Sí, es mío. Lo compré ayer - Alana vio la mirada de desaprobación de su hermana — Yo también puedo comprarte uno. No será un problema.

— No es necesario - sacudió la cabeza — Sólo quiero entender esto - Aline sabía bien que a su hermana le encantaba meterse en líos.

— Bueno, no te enfades, vale... Tenía que ser rápido para no perder la oportunidad... No te enfades, pero usé tu nombre para cerrar el trato y conseguir el dinero.

— ¿Qué te parece? - cerró el ceño.

— Cálmate, Aline - ella levantó las manos — Ha sido todo muy rápido. Necesitaba tener educación superior y tú eres el único que se graduó. Comprobarían la información que les diera. No podía dejar pasar la oportunidad. Si me lo inventaba se enterarían, así que...

Aline se puso roja de sorpresa y también de absurdo.

— ¿Estás loca? - ella gritó — ¿Qué clase de mentira descarada era ésta? Esto es una e****a, por no hablar de lo absurdo de utilizar mis datos. Soy tu hermana, ¿cómo pudiste?

— Fue por una buena razón - justificó — No le des importancia.

— ¡Es mentira! - ella dijo escandalizada con la actitud equivocada de su hermana — Y no me vengas con dramas. ¡Arréglalo ya!

— No funcionará.

— ¿Y por qué no? - frunció el ceño preocupada.

— Ya me he gastado parte del dinero - ella dijo tranquilamente.

Aline se quedó boquiabierta por su forma relajada de hablar. Tenía que estar loca. Alana hizo muchas estupideces, pero esto ya era demasiado.

— ¿En sério... Estás drogada? ¿Te golpeaste la cabeza contra el suelo? Tienes que tener una respuesta por lo que hiciste, Alana.

— Hay una - ella gritó — ¡Dinero, Aline, dinero! Acabo de pensar en nuestra situación. Ese dinero ayudará a resolver los problemas de la casa. El abogado dijo que puede recuperar lo que perdimos y papá todavía tendrá que responder a una demanda por lo que nos hizo.

— Mamá no querrá eso y yo tampoco - se le encogió el corazón.

—  Ahora ya no está. No hay vuelta atrás.

— Dios mío... ¿Y qué me queda por decir? - ella sabía que había más.

— La cosa es que yo... Bueno, tú... Vas a tener que cumplir el trato. Hay un contrato que cumplir. No puedo porque estoy comprometida para casarme pronto - mostró un anillo de diamantes.

Aline se paseaba por la pequeña cocina, angustiada por lo que oía. Su hermana se había vuelto loca, sólo podía ser eso. O bien estaba poseída por un demonio loco que se aprovechaba de ella. No tenía qué pensar de algo tan absurdo como lo que había hecho esta vez.

Le temblaban las manos y el corazón le latía desbocado. Pensó en su madre, en lo que sufriría al oír aquello. No estaba en condiciones emocionales de seguir con esta locura.

— Nunca imaginé que conocería a Walter dos días después de firmar el contrato. Nos enamoramos de inmediato y me pidió que me casara con él - ella respiró hondo, juntando las manos — Fue amor a primera vista, Aline. Esta vez le dije la verdad y me aceptó sin importarle que no fuéramos de la misma clase social. ¡Fue increíble!

— ¿Y sabe lo de este trabajo?

— En absoluto - sacudió enérgicamente la cabeza — Nunca podría decirle que hice un trato por dinero.