Adrian se sentó frente a su madre y Aria en la mesa que habían reservado en el restaurante que siempre frecuentaban.
Los observó mientras hablaban de ropa y gente. Casi se rió a carcajadas cuando recordó su plan para engañarlos.
Tendría que demostrarle a su madre que era tan horrible como ella.
"¿Por qué sonríes tan ampliamente?" Aria preguntó, mirándolo con curiosidad.
"No es nada. Acabo de recordar algo divertido", respondió mientras comía.
"Debemos ser tan aburridos que tienes tiempo para pensar en otras cosas cuando estamos aquí frente a ti", respondió su madre en su habitual manera fría. "Entonces, ¿de qué se trata esta cena? Ya hemos estado aquí por más de una hora, sin embargo, has estado haciendo pequeñas charlas", dijo Adrian con una voz igualmente fría.
"Estamos aquí para discutir nuestro compromiso", dijo Aria con una sonrisa. A ella no le importaba mucho el drama de madre e hijo...
Todo lo que quería era poner en marcha sus planes lo antes posible.
"¿Nuestro compromiso? ¿E