— ¿Ahora si me crees? — le grite a mi mama después de haber llamado a la policía.
—Hija, perdóname— me contesto y me abrazo.
— ¡Casi me violan!
—Ann— tomo mi cara— vamos a atrapar a ese infeliz.
— ¡Es el tipo de las computadoras! — repetí por décima vez.
—Debemos tener pruebas contra él— me contesto— le hable a tu padre, tomara un avión lo más rápido posible y seguramente llegara en la noche— tomo mis manos— los oficiales nos ayudaran a localizarlo.
—Pero no recuerdo bien su cara.
—Dijiste que ha estado yendo a la escuela, con eso nos pueden ayudar.
Asentí con la cabeza y ella me abrazo, en un rato llego mi hermana y la policía, me hicieron preguntas sobre su aspecto o cosas con las que serían fácil de reconocerlo; también lo que había pasado desde que lo vi. Pero cada vez que contestaba una de esas preguntas mi voz se entrecortaba más y más.
Mi padre llego en la noche y cuando me vio me abrazo.
—Lo atra