Le conté a mis papas sobre Stefan, no mencione que había salido con él, unas horas antes de que pasara eso, ni mucho menos que estaba en ese momento; mi mamá se alteró mucho.
—Hija— me tomo de los hombros— debes tener mucho cuidado.
—Lo sé— la mire a los ojos— tengo mi gas, nunca lo suelto.
—¿Qué pasa? — les pregunte— ¿Paso algo ayer?
Mi mama me soltó con las manos temblorosas y volteo a ver a mi papa, el cual estaba perplejo igual que ella.
—No hija, nada— me contesto mi papa después de respirar profundamente— te llevamos a la escuela.
Fue lo último que dijo y tomo las llaves, salimos de la escuela y me llevaron a la escuela, en todo el camino mis papas iban callados, pero iban viendo a los alrededores como si estuvieran buscando algo, trae algo muy raro, normalmente van hablando e