Un momento después, un Cayenne se detuvo frente al lugar. Natalie bajó del vehículo con un vestido rojo brillante, unas enormes gafas de sol y su melena rizada ondeando con el viento.
Uno de los empleados la reconoció y se acercó enseguida.
—¡Señorita King, qué sorpresa verla por aquí!
—¿Y cómo iba a perderme un evento como este alguien que ama los autos deportivos? —respondió Natalie con su habitual sonrisa encantadora.
—Por aquí, por favor.
Bianca siguió al empleado hacia el salón principal.
La vista la dejó sin aliento. Todo parecía una casa de cristal y el techo brillaba como un cielo estrellado.
Las luces iluminaban cada rincón, haciendo que todo resplandeciera.
Modelos elegantemente vestidos posaban al lado de los autos de lujo, sumando aún más glamour al ambiente.
—Esto es impresionante —susurró Bianca.
Wyatt caminaba a su lado, sonriendo.
—Este tipo de exhibición está pensada para la élite. Por supuesto que es grandiosa.
—¿Una exhibición de autos de lujo? —Bianca se d