Blake no pudo evitar reír ante su respuesta, sin saber si Bianca estaba realmente confundida o solo se hacía la desentendida. Detuvo el auto a un lado del camino y se giró hacia ella. La miró con seriedad, haciendo que Bianca tosiera nerviosa y apartara la mirada.
—Bianca, de quien me enamoré fue de ti. Mis sentimientos crecieron mientras estaba en el extranjero —dijo con una voz firme y sincera—. Dudé porque estabas con otra persona, pero me di cuenta de que él no te merece. No es digno de tu confianza. Algún día, va a herirte.
Colocó suavemente las manos sobre sus hombros, girándola para que lo mirara de frente. Sus ojos estaban llenos de calidez y honestidad.
—Estar contigo es lo que quiero. Prometo hacerte feliz.
Bianca, sorprendida, apartó con cuidado sus manos. Lo miró fijamente a los ojos, sin parpadear.
—Blake, él es mi novio y lo conozco mejor que nadie. No voy a permitir que hables mal de él.
Suspiró suavemente y añadió:
—No puedo estar contigo. Además de tener una relación