Bianca sintió un calorcito en el pecho al escuchar sus palabras. Aunque el collar fuera falso, simbolizaba su amor, y eso lo convertía en un tesoro para ella.
Con voz suave, Dave añadió:
—Sobre mi prima... en realidad, no la conozco bien. Es talentosa y creció en el extranjero. Casi no hemos hablado antes.
Bianca asintió y se colocó de nuevo el collar con cuidado, sin notar la tormenta de emociones que se escondía en los ojos de él.
Por dentro, Dave se sentía consumido por la culpa y la impotencia. Nunca quiso mentirle, pero no vio otra salida.
Se prometió a sí mismo que algún día le contaría toda la verdad. Y si se enojaba, haría lo que fuera necesario para ganarse su perdón.
Pero algo más lo inquietaba. ¿Cuáles eran las verdaderas intenciones de Skylar? ¿Su encuentro con Bianca fue solo una coincidencia o estaba planeado? Un escalofrío recorrió su espalda al pensarlo.
Más tarde, mientras Bianca dormía, Dave se quedó de pie junto a la ventana y encendió un cigarrillo. El brillo tenue