Bianca se sorprendió por el cambio de tono de Madison. Sabía que debía pasar más tiempo con su madre, sobre todo ahora que había regresado del extranjero, y estaba dispuesta a visitarla. Sin embargo, esperaba que Madison no insistiera en que se mudara con ella.
—Mamá, iré mañana a pasar un rato contigo —aceptó Bianca.
Madison sintió una oleada de felicidad. Esperaba que, al tener a Bianca cerca, encontrara la forma de retenerla.
Pero sabía que eso no bastaba para resolver el problema de fondo. Una sonrisa astuta se dibujó en su rostro mientras planeaba su siguiente movimiento.
Con elegancia, tomó un bocado de su comida y dijo con aparente naturalidad, —Por cierto, Bianc, no solo regresé para verte. Estoy buscando una embajadora de marca para Cherish.
Bianca ya sospechaba que el regreso de su madre no era solo por reconectarse. Recordaba que Madison le había mencionado posibles colaboraciones con su empresa.
—¿Mamá, ya tienes a alguien en mente para ese puesto? —preguntó con cautela.
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