Ashley pensaba que, al descubrir Melinda que Bianca no había traído un regalo, se sentiría decepcionada y eso la haría a ella parecer la mejor opción.Con esa expectativa, Ashley sonreía con orgullo, imaginando cómo se desarrollaría todo. Pero de repente, las puertas de la villa de los Reed se abrieron de par en par, y entraron dos hombres elegantemente vestidos.Llevaban guantes blancos y sostenían una bandeja de madera aromática cubierta por una tela de seda roja.De inmediato, captaron la atención de todos los invitados, que giraron sus cabezas al unísono para verlos.Ambos hombres llevaban placas con incrustaciones de diamantes en el pecho.Alguien entre la multitud reconoció el emblema y soltó un suspiro de asombro.—Son de Imperial Treasure.Imperial Treasure era una famosa casa de joyería del país, especializada en piezas exclusivas y lujosas, imposibles de adquirir en el mercado. Cada dos años, la marca revelaba una nueva creación para exhibición pública, no para la venta.Pos
Ashley era distinta. Conservaba su inocencia, pero también disfrutaba de los juegos y la diversión con Joshua. Aparte de ciertos momentos de impaciencia, se llevaban bastante bien en otros aspectos.La decisión de Joshua de casarse con Ashley no surgió de un deseo de compartir la vida con ella, sino de la necesidad de calmar la presión familiar y cumplir el deseo de su abuela. Ashley no tenía conexiones familiares influyentes, lo cual no representaba ninguna amenaza para él. Eso le permitía seguir disfrutando de su vida llena de lujos sin complicaciones.Incluso en casa, Ashley no sería una compañera aburrida. Era como tener lo mejor de ambos mundos.Recientemente, Evelyn había mandado a alguien a investigar sobre la familia Scott. Descubrieron que tenían una empresa pequeña y no eran muy ricos, pero gozaban de una buena reputación.Cuando Joshua le comentó que Ashley nunca había salido con nadie antes que él, Evelyn quedó impresionada por su pureza.Por otro lado, Bianca era más llam
Ashley miraba el video sin poder reaccionar, completamente atónita. No podía creer que alguien hubiese grabado lo que ocurrió esa noche, mucho menos que Joshua tuviera ese video. Estaba segura de que el hombre en la grabación no lo había enviado, así que… ¿quién lo hizo?El salón estaba iluminado con calidez, pero ella sentía un frío helado que se extendía por todo su cuerpo. Era como si hubiera sido arrastrada a la oscuridad, consumida por la desesperación.—Joshua, ¿esta es la novia inocente y pura de la que tanto hablabas? —La voz de Melinda temblaba de furia. Jamás se había sentido tan humillada.—Abuela, yo también fui engañado —exclamó Joshua, frustrado—. Ni siquiera he sido íntimo con ella. No sabía que fuera así.Al oír su confesión, Melinda comprendió todo de inmediato. Su rabia se desbordó aún más. Levantó su bastón y golpeó con fuerza a Ashley.—¡Tú, maldita farsante! ¿Cómo te atreves a engañarnos? Hoy mismo voy a darte una lección.Ashley cayó al suelo, retorciéndose mient
Los ojos tranquilos de Bianca ahora brillaban con lágrimas. Resbalaban por sus mejillas, dándole un aire aún más vulnerable.Dave, preocupado, le secó las lágrimas con delicadeza. Sus ojos reflejaban pura ternura.—Aún me tienes a mí —susurró suavemente.Esas palabras dulces rompieron la barrera emocional de Bianca.No pudo contenerse más y rompió en llanto, sus lágrimas fluyendo sin freno. A pesar de su victoria y venganza ese día, no sentía consuelo. El cansancio pesaba intensamente sobre su pecho.Cada paso que dio Bianca ese día fue medido, calculado. ¿Cómo había terminado así? Solo quería una vida normal, ser amada por sus padres. Pero las circunstancias la obligaron a ser fría y cuidadosa.Al final ganó… pero sentía que había perdido algo más.—Señor Evans... ¿De verdad me amas y nunca me mentirás? —preguntó Bianca, buscando consuelo en la mirada de Dave.Dave desvió los ojos, acariciándole suavemente el cabello.—Claro que sí... Aunque haya cosas que no te diga, es solo para pr
El hombre al otro lado de la línea soltó una carcajada con desprecio.—¿Y por qué debería reunirme contigo?—No te lo pediría si no fuera importante.—Stacey, estás jugando con fuego.Stacey apretó los puños y respondió con firmeza:—Ashley también es tu hija. ¿Cómo te afectaría que su verdadera identidad saliera a la luz?La voz del hombre se tornó seria.—¿Estás tratando de amenazarme? Recuerda que mi paciencia tiene un límite.—Sé que podrías hacerme desaparecer fácilmente, pero tengo un plan de respaldo. ¿Y si te dijera que el novio de mi hijastra se apellida Evans? ¿Te interesa ahora?Después de una breve pausa, el hombre respondió:—Mañana a las dos de la tarde, en el Club Rivercross. Ya sabes dónde encontrarme.—Entendido. Nos vemos allí.Al día siguiente, los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, llenando la habitación con una luz cálida que acariciaba el rostro sereno de Bianca mientras despertaba.Notó que seguía acurrucada junto a Dave, sintiendo su respiraci
Una hora más tarde, llegó el turno de la chica rellenita de encontrarse con Bianca. Al alzar la vista, Bianca le sonrió con amabilidad.—¿Vienes a audicionar como artista?La chica negó con la cabeza, nerviosa, mientras sus manos jugaban entre sí, dibujando círculos con los dedos.—¿No? —Bianca frunció ligeramente el ceño, confundida.La chica asintió otra vez.Aunque no entendía del todo la situación, Bianca no se mostró molesta. Su sonrisa se mantuvo suave y cordial.—Lo siento. Estoy aquí para encontrar artistas para un proyecto de actuación. Si vienes por otro puesto, te corresponde la sala de al lado.—Yo… —la chica dudó, pero de pronto exclamó con fuerza—: ¡Bianca, tú eres mi ídola! ¡Soy muy fan tuya!Bianca parpadeó y asintió con cortesía.—Gracias.—¡No importa el puesto! ¡Si puedo trabajar aquí, haré lo que sea! —su rostro se encendió de rojo, como si hubiese puesto toda su alma en esas palabras.—Déjame ver tu currículum primero.Aunque fuera su fan, ingresar a la empresa no
Ella miró de reojo a Rupert y añadió, —Se parece a ti.—¿Ah, sí? —Rupert alzó una ceja, intrigado—. Sigue.—Aún no estoy segura de su nombre completo. Empezó siendo el novio falso de mi hijastra. Escuché que era pobre, pero su presencia es tan dominante que resulta confusa. Al final… se convirtieron en pareja de verdad.—¿Un pobre? —Rupert frunció el ceño, pensativo. Aquello despertó su interés.Se incorporó en el sofá, dio una larga calada a su cigarrillo y pensó en mostrarle una foto de Dave a Stacey para facilitar su identificación. Sin embargo, Dave era discreto, misterioso. No era alguien que apareciera fácilmente en eventos, mucho menos en fotografías públicas.Rupert soltó una bocanada de humo en dirección a Stacey. —Puedo ayudarte con lo de Ashley, pero consígueme una foto de tu hijastra con ese hombre.—Está bien, haré lo que me pides, pero no podemos olvidarnos de lo que está pasando con Ashley —dijo Stacey, aguantando el humo con paciencia.Rupert le echó una mirada rápi
Bianca alzó una ceja y preguntó—¿Te interesa la actuación?Reese bajó la mirada pero asintió.—Adelante. Mientras no interfiera con tus deberes, no hay problema —respondió Bianca con una sonrisa amable.Reese levantó la cabeza sorprendida y sonrió ampliamente.—¡Gracias, Bianca!Para las once de la mañana, Reese ya había terminado todas sus tareas y se dirigió al aula de formación. Al llegar, se sintió abrumada, dudó en la puerta, sin atreverse a entrar. Observó desde el cristal mientras el instructor guiaba a los alumnos a través de distintas expresiones faciales.Justo cuando comenzaba a disfrutar del ambiente, una risa estridente rompió el silencio.—Jajaja, ¿esta empresa de pacotilla tiene artistas? ¡Han contratado a una gorda! Este mundo no es para la basura.Reese se giró sobresaltada y vio a una mujer altiva, de brazos cruzados, que la miraba con desprecio.—Ashley, ¿qué haces aquí? —la voz de Bianca cortó la tensión al salir de su oficina. Al instante reconoció a la visitante