Ella lo veía en el fondo como un coqueto empedernido.
Bianca se mordió el labio, sintiendo un cálido cosquilleo en su interior.
Justo cuando Dave se fue, Diana regresó. Echó un vistazo a la oficina, ahora transformada por completo, y quedó asombrada.
—Bianc, estuve fuera solo un rato. ¿Cómo cambió todo tan rápido?
—¿En serio? —Bianca miró a su alrededor. El equipo no solo había instalado lo que parecía ser un sistema de seguridad de última generación, sino que también limpiaron hasta el último rincón, dejándolo impecable.
Tal como Dave había dicho: “Todo forma parte del servicio”.
Diana abrió los ojos de par en par y exclamó al mirar a Bianca:
—¡Wow! Parece que la oficina pasó de ser básica a totalmente tecnológica. ¿Cómo lograste esto, Bianc?
Bianca le dio un toquecito juguetón en la nariz y respondió:
—El señor Evans y su equipo vinieron a instalar el sistema de seguridad y terminaron haciendo una limpieza profunda, así que…
—Bianc, ¿a qué se dedica exactamente tu novio? —preguntó