La quería de verdad en su vida. No dejaba entrar a mucha gente, y cuando lo hacía, no quería que se fueran sin más. Ese no era el objetivo de la confianza. Si creías en alguien, si lo querías en tu vida, se quedaría. No se sabía cuánto tiempo podría quedarse Lucía, ni siquiera si querría.
Dejando a un lado el romanticismo, este asunto con BenTel lo había dejado en una situación muy delicada, al menos por ahora. El Equipo de Guerra se había cerrado en banda, siguiendo adelante con el plan que él les había metido en la cabeza. Se negaba a arrepentirse, pero deseaba con todas sus fuerzas poder cambiar las cosas. Si tan solo encontrara a alguien dispuesto a ceder, los demás podrían seguirle, y eso significaría una preocupación menos.
Miró su reloj. Lucía llegaría en cualquier momento, y eso le puso los nervios de punta, sintiendo una oleada de electricidad por todo el cuerpo. La anticipación le provocó una mezcla infernal de adrenalina y testosterona. Solo podía imaginar cómo sería cuando