Dos meses pasaron desde la boda de Álvaro y Atike, Julianne y Sergio decidieron volver, pues Sergio había sufrido de un repentino y agudo dolor de cabeza,
— Mi mujer bonita, perdóname, no quiero que te preocupes.
— Claro que me preocupa mi amor, ya pasó de ser normal estos dolores de cabeza, y tú no quieres ir al médico.
— Vamos a volver para que nuestra pequeña nazca con su abuelo.
— Ya está todo listo para que nazca aquí.
— Ya está todo listo para viajar.
Sergio abrazó a su esposa por la espalda y acarició su abultado vientre.
— Esta bien cariño, si tú lo dices así será, vamos a volver.
Salieron del departamento, subieron al auto que lo llevarían al aeropuerto Charles de Gaulle Francia, abordaron el jets privado y dos horas después estaban aterrizando en Roma y de ahí a Nápoles donde un los esperaban un helicóptero para llevarlos a Capri.
Cinco horas después
— Hija mía, que felicidad tenerte de vuelta aquí.— habló Mericci abrazando a Julianne, y luego a Sergio.
— Suegra, aquí su p