COMIENZA UNA PROPUESTA

COMIENZA UNA PROPUESTA

MAURIZZIO

Para lograr que llegará este día en la que por fin la haré mi esposa tuve que pasar por mucho, pero lo más importante es que después de tener un plan en marcha la oportunidad de ponerlo a funcionar se dio de la manera más insospechada.

Puesto que Enzo y yo estábamos en espera de la oportunidad para llegar a Ambra y hacerle firmar nuestro matrimonio, esa oportunidad se presentó hace cinco días atrás, después de tenerla toda una tarde estresante de trabajo, donde solo era quitar y poner vestidos para el supuesto cliente, su batería mental se agotó y estalló, gritó que renunciaba y que le importaba poco lo que ese cliente quisiera o no, y la entiendo por qué esas últimas horas de aquella tarde la hicimos probar varios vestidos de novia, yo me encontraba tras los espejos dobles contemplando cuál de todos ellos sería el que más le iba a resaltar su belleza y con el cual debía presentarse ante el juez para nuestro matrimonio.

Al recordar su estallido de cólera, y lo siguiente que sucedió, me llena de felicidad por qué al final del día pude conseguir lo que tanto anhelaba.

Cinco días atrás.

Me encuentro tras la sala de exposición donde las modelos exclusivas posan para los clientes más exigentes, este es el lugar donde ella realiza su trabajo, pues ella solo modela los diseños exclusivos de este tipo de clientes, son personajes de la farándula y de lo más prestigioso de la sociedad que mandan a elaborar su propi guardarropa, ya sea para su uso personal o para alguna persona importante para ellos, ella posa delante de los clientes para que ellos vean como les quedaría el diseño, o si requieren algún estilo en particular, no puedo negar el buen ojo de mi amigo y diseñador Enzo, por que con cada uno de los vestidos con los que ha posado, le quedan magníficos, captan su increíble figura y su hermosa esencia.

La he visto pasear de aquí para allá por la pasarela como toda una profesional, pero también estoy contemplando como su batería mental se va agotando hasta hacerla estallar, y no me imagino por qué, cuando comenzó a dar pequeños pasos por la pasarela con un vestido de novia con forma de sirena, con pequeños diamantes incrustados, que además lo complementa un hermoso velo de tul, que también tenía pequeños diamantes que formaban una diadema para ajustarlo en su hermoso cabello negro largo ondulado que lo llevaba suelto y caían en cascada sobre su espalda, es que con este último vestido de novia que tiene se ve más que hermosa, parece una princesa disfrazada de ángel bajado del mismísimo cielo, me quedé embelesado absorbiendo cada espacio de su etérea belleza, cuando de pronto vi que ella misma se contemplaba en el espejo como tratando de encontrarse a ella misma, en sus ojos pude notar su escepticismo, pero más allá de ellos pude ver un anhelo escondido, no sé si es por las mismas ansías de verla así para mí o por qué ella algún día deseaba estar vestida así para su propia boda, creo que es el sueño de cualquier chica y ella no es la excepción, cuando la estoy contemplando y tratando de entrar en su alma atráves de sus hermosos ojos, la veo quitarse el velo con rabia y lanzarlo hacia el espejo, y diciendo toda clase de improperios, que me hizo preguntarme que es lo que esconde en lo profundo de su alma,

“A que le tienes miedo, mi amor, quien te causó tanto daño, como para que reacciones de esta manera”, le pregunté mentalmente.

Cuando ella lanzó el velo salió corriendo como si el mismísimo diablo la persiguiera, al ver el estado en que salió de la pasarela, en un impulso salí de mi escondite y traté de alcanzarla, más el que la detuvo fue Enzo, la vi como se refugió entre sus brazos mientras él la calmaba.

—Lo lamento señor Enzo, no sé qué fue lo que pasó allá dentro, trataré de enmendar mi error, pero no me pida qué regrese ahí adentro por qué sé que no soy capaz de lograrlo—, le decía con voz quebrada.

—No te preocupes mi niña, yo trataré de apagar el incendio con el ogro de cliente para el cual estabas posando—, le decía bajito—, además ni si tuvieras la agallas de regresar, podrías, mira como quedó el vestido de novia, está convertido en un verdadero desastre—, la separó un poco y la hizo mirar el vestido.

—¡Yo, yo lo siento, la verdad es que no sé qué pasó, pero no era mi intención dañarlo, lo peor es que no tengo dinero para pagarlo, creo que ni un millón de años trabajando para usted alcanzaría para reunir el dinero de lo que cuesta este vestido—, se expresaba con su voz aún más lastimera.

Reconozco que es muy bajo lo que hice a continuación, pero pensé que era la oportunidad de oro que estábamos esperando, así que tenía que aprovecharla, por eso llamé a Enzo y se lo hice saber, el debía enviarla hasta mi oficina y de ahí en adelante todo quedaba en mis manos para que nuestros planes funcionaran.

En la llamada con Enzo escuché la preocupación qué tenía por ella en su voz.

—¿Cómo se encuentra ella?—, le pregunté, cuando Enzo me contestó.

—No tan bien como aparenta, pero ella esa una chica muy fuerte y se le pasará pronto—, no puedo creer que Enzo esté así de preocupado, sé qué la tiene en alta estima, pero no creí que era para tanto.

Me llegué a preocupar por lo que Ambra le inspiraba, por qué sentí temor que se fuera arrepentir de nuestros planes para con ella, así que sin dar más vueltas al asunto y para salir de dudas le dije:

—Enzo, hoy es el día, debemos empezar el plan desde ya—, le dije sin vacilar.

Al ver que no me contestó enseguida sabía que él se lo estaba pensando mejor.

—Mira Enzo sé que te preocupa su bienestar, pero sabes que no le haría ningún daño, que lo que quiero es protegerla y brindarle seguridad, paz y tranquilidad—, le dije con empatía—, además que sabes que se me acaba el tiempo para recuperar a mi hijo, sabes que el juez me dio plazo hasta este fin de mes para presentarle que soy capaz de brindarle a mi hijo una familia real—, le dije para que cediera, el ama a mi pequeño y sabe que la está pasando mal en ese hogar temporal en el que lo tienen.

—Si lo sé, pero y ¿ella?, Su sentir, su vida, su libertad, ¿en que queda?—, me dijo con tristeza.

—Te lo he jurado más de una vez, que yo haré todo lo que esté en mis manos para hacerla feliz, sé que lo lograré, solo dame la oportunidad de demostrarlo, por favor amigo, te aseguro que no te arrepentirás y ella tampoco—, dije seguro.

Al cabo de un rato me preguntó que si era prudente hacerlo tan pronto, y que si estaba seguro de que nuestro plan iba a funcionar.

Le había contestado que no había mejor oportunidad que está, y sobre de lo que si estaba seguro de lo que sucedería, al cien por ciento no lo estaba, así que mejor me reservé para mi esa duda.

—Tu me conoces mejor que nadie Enzo, y sabes que haría hasta lo imposible y más allá por lograr mis cometidos, tú sabes que no me gusta perder y hacer que este matrimonio funcione correctamente será mi mayor motivación, más por es ella quien está implicada, su felicidad será la mía amigo—, con estas palabras le aseguré que en mi estaba el hacerlo funcionar.

Escuchar su respiración pausada atráves de su silencio, me hizo aguantar mi respiración, sé que estaba calibrando mis palabras, en ese corto silencio podía imaginar lo que por su sentido de protección y analítica cabeza pasaba, solo espero haberlo convencido, por qué la verdad no me gustaría recurrir a otra táctica más severa y escalofriante para que siguiera con el plan original.

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