Ha pasado un mes desde que Duncan se fue, y ha llamado unas escasas 3 veces, me la paso todos los días molesta por que no llama y cuando llama me vuelvo a poner feliz, como si de un premio de consolación se tratara.
Son casi las 11:00 am y estoy por salir de casa, debo cubrir un pequeño evento del trabajo, estoy arreglando mi cabello y mi teléfono empieza a sonar, número desconocido dice en la pantalla, puede ser él o puede ser cualquiera, pero igual contesto:
Hola
Hola preciosa – y al escuchar su voz me molesto, como es posible que me hable así tan fresco
Vaya la llamada semanal – digo con sarcasmo
Vaya que te gusta pelear – dice riendo
¿Cómo estás? – pregunto sin querer arruinar la llamada
Muy bien dice – y el timbre de mi puerta empieza a sonar vez tras vez, sin parar
¿Pero quien diablos toca de esa manera? – digo – dame un momento que hay algún demente intentando dañar mi timbre
Es mejor que vayas a ver - dice
Eres un idiota -digo entre enojo y felicidad al ver que quien tocaba el