En un mundo donde el destino teje los hilos del amor y el destino, Katherine Maslow y Duncan Fischer se encuentran en una encrucijada de emociones y desafíos. Kate, una joven intrépida, se embarca en la aventura de la universidad y la independencia, mientras que Duncan, un exitoso empresario con un pasado oscuro, lucha por superar las sombras que lo persiguen. Entre risas y lágrimas, amor y dolor, ambos protagonistas se sumergen en una relación tumultuosa que desafía las expectativas y pone a prueba su capacidad para perdonar, olvidar y, sobre todo, amar. ¿Será suficiente el poder del amor para sanar las heridas del pasado y abrir el camino hacia un futuro juntos?
Ler maisMe bajo de mi auto y llego a la cascada, donde quedé a encontrarme con aquel hombre; un hombre alto y guapo, todo de él grita lujo; el hombre que conocí en aquella fiesta elegante.
Respiro profundo. Nunca he sido una chica asustadiza, pero debo admitir que estoy nerviosa, jamás había hecho algo como esto, siempre me he metido en problemas de niña rica, pero esto es otro nivel, sin embargo, en cuanto escuché la oferta no pude decir que no.
—La nena cumplió —escucho su voz y me sobresalto, volteo y está allí, con su traje y sus dos guardaespaldas.
Dos hombres robustos y de piel morena. Dan miedo.
Él me empieza a recorrer el cuerpo con una mirada lasciva, una mirada que acostumbro a que me den pero no de esta forma. Es como si tuviera rayos en sus ojos. Como si conociera cada parte de mi ser o al menos quisiera conocerlo.
Lentamente también inspecciono de nuevo lo que llevo puesto; una blusa ceñida a mi cuerpo, una falda corta y unas botas largas, mi bolso de mano y mi cabello suelto.—Por supuesto —respondo cuando me doy cuenta que he tardado en hacerlo. No quiero que piense que soy una niñata miedosa.
—Tan bella como siempre, tengo la leve impresión de que serás estupenda, tienes el porte y todo lo necesario para esto —responde ajustando su corbata fina.
Cuando escucho aquello, sonrío. Siempre me ha gustado llamar la atención, atraer miradas y deseos. Me gusta eso y me fascina cuando me dicen que soy hermosa porque, aunque sé que es cierto, cuando te lo dicen los crees aún más, te ayuda, te hace sentir poderosa.
—Alto allí, ni siquiera he dicho que sí —hablo segura, es una decisión un poco difícil.
—Pero lo harás, todas lo hacen, todas quieren lo que yo les puedo dar —responde seguro.
¿Qué me puedes dar? Ya lo tengo todo, vivo en uno de los mejores vecindarios de la ciudad, visto con las mejores marcas y tengo miles de tarjetas de crédito, sin embargo, hay algo en su mirada que me invita a seguirle. Como un demonio que te seduce. Que te atrapa, que te da cada cosa que quieres, cada deseo lo convierte en realidad, aunque sea oscuro, muy oscuro. No puedo evitar sonreír al escucharlo.
—¿Cuánto? —pregunto.
—Me sorprende esto de ti, no lo necesitas, estás que te hundes en dinero —responde sin responder verdaderamente a mi pregunta
—La idea fue tentadora, tal vez lo hago por placer —comento y él sonríe. Es verdaderamente hermoso.
—¿Placer? La mejor sensación de la vida. La mejor que he podido experimentar. Vale más que el dinero —dice.
Me tomo un minuto para mirar a los dos gorilas y están igual que como llegaron, con su porte y listos para atacar, por si toca. Es como si no estuvieran escuchando nada de lo que decimos, pero al mismo tiempo sí.
—Aún no me has dicho cuánto.
—Miles de dólares, ya sabes, clientes excelentes y de mucho dinero —alardea.
—¿Seguridad? —pregunto—. No quiero sentirme asustada.
—Cuido a mis muchachas, ten eso seguro —dice con una sonrisa, es muy guapo—. ¿Algo más?, no verdad, vamos, acepta y ya.
Se acerca a mí, de tal manera que queda a escasos centímetros de mi cara. Su respiración es tranquila y su aroma es tentador. Es maravilloso. Huele a perfume fino ya ropa nueva.
—Sería genial tenerte para mí, solo para mí, pero sólo pasará si tú lo quieres. ¡Vamos! acepta, no te arrepentirás —me susurra al oído. Siento ése susurro como ese pequeño diablillo que te dice las cosas malas que debes hacer sólo que en este caso, no tengo del otro lado un ángel. Nunca lo he tenido y nunca lo tendré. No soy una buena persona y lo sé.
Todas las mañanas cuando me miro al espejo y recuerdo lo que he hecho, todo lo que he hecho para darme cuenta que no hay una pizca de arrepentimiento en ese reflejo, llego a la conclusión que he nacido para obtener lo que quiero, así arrastre mi alma al infierno en el intento.Si llegué hasta aquí fue porque lo he pensado muchas veces ya. No necesito de esto pero a veces la curiosidad y el deseo pueden más contigo que tu propia razón. No sé cómo acabará esto, no sé si es la mejor opción, pero lo haré.
—Acepto —él sonríe, una sonrisa malévola, una sonrisa siniestra.
—Perfecto, ahora eres mía, sabes que este negocio es de lealtad, da un paso en falso y te mueres —me amenaza.
Aprieto los labios en señal de enojo, si no confía en mi ¿para qué proponerme esto?
—Sé lo que significa esa palabra —respondo levemente enojada.
—Perfecto, si vas a traer más chicas, por favor que sean leales, no quiero ensuciar mis trajes de sangre barata.
Es como si fuera otra persona ahora. Ya acepté, ya obtuvo lo que quería, ya soy de él así que ya puede mostrarse cómo es. Eso hace que una pizca de arrepiento ahora si crezca en mí.
—Okay, trataré de atraer a más.
—Procura traer a tu amiga, la de pelo rojizo, ¿cómo era que se llamaba? —pregunta y sé a quién se refiere enseguida
—Brooke, Brooke Miller.
—Ésa, está linda, muy linda. La próxima vez que nos veamos será en mi oficina, no quería arriesgarme si no aceptabas —me dice mientras me mira con una sonrisa—. Aunque a mí nadie me dice que no —alardea orgulloso.
—Adiós.
Se sube a la parte de atrás de su auto y luego se suben sus guardaespaldas para posteriormente irse.
Me subo a mi auto y doy un suspiro, esto será divertido, es mi nuevo secreto.
Estoy pensando seriamente en lo que acabo de hacer. Habrá sido una buena decisión. No lo sé.Haciendo un recuento de mi vida, me he dado cuenta de lo bien que me ha ido y que mis decisiones, por más locas que hayan sido, siempre han sido las más beneficiosas para mí. Soy una mujer independiente, inteligente y muy calculadora. Sé perfectamente cuando el peligro está frente a mí así que creo, es más, estoy segura que este nuevo trabajo no me quedará grande y que podré con su peso. Su gran peso.
Conocerá gente nueva. gente poderosa, gente que me pueda dar un lado de la buena vida que aún tengo. Algo que contar cuando esté vieja.
Las cosas empezaban a marchar de maravilla, habíamos superado todo lo que había sido un problema. La relación de Duncan con mis padres, mi hermano y mis amigos no podría ser mejor.Yo me llevaba de maravilla con Glenn, las cosas en la empresa marchaban bien, aunque Duncan últimamente viajaba mucho por negocios, nuestra relación iba de maravilla.Nuestra relación ya no era un secreto para nadie, sin embargo, el intentaba cuidarme de la prensa lo más que pudiera.Unos meses después viajamos a Boston para la boda de mi hermano y Alina, fue una boda pequeña, familia de la pareja y unos cuantos amigos, entre ellos Mark a quien mi hermano me había consultado si podía invitar y yo intentando dejar el pasado atrás dije que sí, después de todo era su boda y tenía derecho a invitar a quien el quisiera.La boda fue hermosa, mi madre y yo parecíamos locas llorando por presenciar tan bonito momento. Como regalo de bodas Duncan decidió pagar su luna de miel, la cual sería en Corea del Sur, y por su
Eran las 7:00 pm y ya yo estaba en un bar en Trenton, era el punto de encuentro Dereck llegó y me saludo, luego se fue a sentar en una mesa alejada de mi donde esperaría a Mark, este llegó y saludo a Dereck hablaron unos minutos y luego Dereck señalo a donde yo estaba, e hizo una señal para que yo me acercara.Si necesitas algo estaré al fondo – dijo alejándose para dejarnos hablarBien Katherine ¿De qué quieres hablar? – dijo sin siquiera mirarmeSabes de que quiero hablar – dijeMira Kate esto no se trata de ti, así que por favor no te metasSé que no se trata de mí, pero Mark por favor siempre has sido un hombre inteligente, no dejes que tus emociones te dominen.No sé que demonios te dijo Duncan, pero estoy seguro de que no te dijo todo.Entonces dime tu de que se trataComo te dije antes, este no es tu asunto, así que, si me disculpas, me retiroMark por favor – dije tomándolo del brazo - me lo debes¿Te lo debo? – dijo ofendidoSi me lo debes, yo pude haberte herido y lo lamento
¿Qué haces tu aquí? – Se levantó Josh molesto, mientras todos mirábamos lo que sucedía con incredulidad.Con una sonrisa descarada, se volteó hacia nosotros, se quitó los lentes de sol que traía puestos y dijo:Quería cerciorarme por mí mismo de que tomé una buena decisión al no casarme contigo. – dijo mirándome con desprecio y se fue.Duncan se levantó de su silla y fue tras de él, pero Josh lo detuvo.¿A dónde crees que vas?Crees que voy a dejar que ese imbécil le falte el respeto a Kate – dijo muy molesto, se quitó a Josh de encima y fue tras de él, pero ya Mark se había ido.¿Qué pasa? – dijo GlennNo pasa nada cariño – dije con las emociones a mil.Duncan regresó y yo pude hablar con él unos minutos sin que Glenn escuchara, cuando ya estaba más calmado le dije:Duncan por favor, prométeme que no harás nadaNo puedo prometerte esoDuncan – repetí tomando su rostro para que me mirara a los ojos. – déjalo así, su reacción es normal, yo no me siento ofendida en absoluto – el volteab
Aunque estábamos atareados por el trabajo no parábamos de enviarnos mensajes aun sabiendo que estábamos solo a un piso de distancia. Parecía adolescente enamorada pendiente de cada mensaje, y sonriendo ante cada uno de estos.¿A quién le sonríes tanto? – preguntó Mike que se acercaba a mi oficinaMike – dije poniéndome colorada¿Y te pones roja? – insistió molestandoYa basta – dije riendo - ¿Qué necesitas?Necesito que revises estos documentos – dijo – pero ahora también me encuentro con mucha curiosidad – dijo riendoMike se había convertido en una de las personas más cercanas a mí en la oficina, era para mí un amigo más, pero desde luego no le podía contar nada de esto, aunque tarde o temprano se enteraría.De mi boca no saldrá nada que sacie tu curiosidad – dije riendoMe alegro mucho de que estes siendo tan feliz – dijo – sea quien sea el chico, es muy afortunado. – luego de decir eso, se retiró, y yo me quedé con una estúpida sonrisa en el rostro.Me inmiscuí en mi trabajo por u
Tenía el día libre y solo podía hacer una cosa, correr a contarle todo a Josh, me duché, me puse un bonito vestido y me dirigí a la cafetería, mi auto aún estaba en el mecánico, así que tomé un uber.Estás radiante hoy – dijo Josh al verme llegarGracias – dije con una sonrisaEspera estás radiante y más feliz de lo normal – dijo sacando conclusiones – tuviste sexo – dijo, y yo sin poder disimular nada me puse a reír. - Cuéntamelo todo – dijo tomando asientoBien – dije y antes de que pudiera continuar me interrumpió¡Espera! ¿Tú no deberías estar trabajando? – preguntó - ¡oh!, espera ¿te acostaste con Duncan? – dijo llevándose las manos a la boca¿Pero porque sacas conclusiones precipitadas? – dije - ¿Por qué precisamente tuve que haberme acostado con Duncan? Pudo ser alguien más. – dijeTú no eres del tipo que se acuesta con un chico que conoce en una noche, y no me has hablado de nadie, y si no estas en la oficina fue porque te dieron el día libre ¿y por qué te darían el día libre?
Era lunes y ya eran las 10:00 am, había tensión estábamos en la sala de juntas esperando al importantísimo cliente. De repente apareció una rubia despampanante, con impresionantes curvas, vestida con un vestido color vino muy elegante, acompañada de un viejo anciano.Es su sugar pensé, era lo más lógico, generalmente tipas así no tenían mucho cerebro, o al menos era mi percepción de las cosas.Cassandra, siempre es un placer verte – dijo Duncan saludándola con un beso en la mejilla.El gusto siempre es mío cariño – dijo está en un tono muy cercanoPatrick – dijo Duncan dándole la mano al señor, lo que me desconcertaba un poco.Kate te presento a Cassandra Mackenzie, dueña de Innovations Cosmetics y nuestra muy importante clienta y al señor Patrick Johnson su abogado. – dijo Duncan y yo me quedé anonadada de escuchar todo aquello.Es un gusto, Katherine Maslow- dije tendiéndoles la mano, el señor muy amable me tendió la mano, mientras la rubia solo me veía de arriba abajo con aires de
Último capítulo