Aunque estábamos atareados por el trabajo no parábamos de enviarnos mensajes aun sabiendo que estábamos solo a un piso de distancia. Parecía adolescente enamorada pendiente de cada mensaje, y sonriendo ante cada uno de estos.
¿A quién le sonríes tanto? – preguntó Mike que se acercaba a mi oficina
Mike – dije poniéndome colorada
¿Y te pones roja? – insistió molestando
Ya basta – dije riendo - ¿Qué necesitas?
Necesito que revises estos documentos – dijo – pero ahora también me encuentro con mucha curiosidad – dijo riendo
Mike se había convertido en una de las personas más cercanas a mí en la oficina, era para mí un amigo más, pero desde luego no le podía contar nada de esto, aunque tarde o temprano se enteraría.
De mi boca no saldrá nada que sacie tu curiosidad – dije riendo
Me alegro mucho de que estes siendo tan feliz – dijo – sea quien sea el chico, es muy afortunado. – luego de decir eso, se retiró, y yo me quedé con una estúpida sonrisa en el rostro.
Me inmiscuí en mi trabajo por u