—Quizás ellas tienen razón, quizás yo soy para Caden una distracción.
—¿Te estás escuchando a ti misma? Si eres una distracción, ¿por qué quiere casarse contigo?
—No lo sé, quizás solo esto es una ilusión o tal vez está buscando la forma de aprovecharse de mí. ¡Oh Dios! Mi madre tenía razón, no debí aceptar casarme.
—¡Ya es suficiente Angelina y no seas cobarde! No porque esas arpías te insultaron, vas a desistir de casarte. No ves que hablan de esa manera porque les duele que él te prefiera a ti antes que, a esa tal Miriam. Así que seca esas lágrimas —Angelina hizo caso a su amiga y secó sus lágrimas. Había sido muy cobarde de desistir a la primera presión.
El resto del día Angelina estuvo pensativa y algo dolida