68. NO ES UN DEMONIO, ¿QUE ES?
—Es un gusto volverlo a ver, padre Juan Benedicto. Permítame presentarme oficialmente, soy Raquel.
Un frío recorre mi cuerpo y por poco pierdo la fuerza en cuanto la veo. Frente a mi está el tentador demonio de ojos avellana y tez bronceada que noches atrás descontroló mi mundo haciéndome dudar de mi vocación y temer por mi alma.
—Que bueno saber que se conocen. Supongo que se habían visto en la hacienda amanecer —dice el padre Andrés ageno a la situación— eso facilitará mucho más las cosas, ¿No es así, padre?—dice el hombre mirándome.
Escuché perfectamente sus palabras, pero mi concentracion está en la hermosa criatura que ahora a plena luz de día trae a mi mente las imágenes y sensaciones que tanto luché por suprimir. Mi boca se niega a emitir sonido hasta que el padre Andrés recalca su premisa y debo obligarme a hablar.
—¿Quieres preguntarme algo? —dice el demorio una vez que el padre Andrés sale del aula en que supuestamente tengo que educarlo en la fé.
—¿Es este un tipo de pru