Mundo ficciónIniciar sesiónSé que sus cambios de humor no son un ataque personal contra mí. Es como si algo lo invadiera cuando cruza las puertas de este edificio, porque la noche que dormimos juntos vi su otra cara.
Él era amable.
Considerado.
Tierno, incluso.
Lo cual me resulta desconcertante.
Todavía quiero clavarle atizadores de fuego en los ojos mientras los cuido hasta que sanen para que pueda volver a verme. A mi verdadero yo.
El que vio atisbos en su apartamento.
Mi mente regresa con frecuencia a nuestra noche juntos, recordando cómo me hizo sentir. No ha habido mejor sensación que la forma en que me abrazó, como si fuera una carga preciada, y luego despertar en sus fuertes brazos, que se sintieron como un hogar.
¿Cómo es posible? Quiero odiarlo, pero no puedo.
Quizás sí, sólo un poquito.
Pero es como un hechizo que me atrajo hacia su peligroso encan







