El Narrador:

—¿Brad? ¿Mi amor, eres tú? —preguntó Jennifer dejando correr nuevamente sus lágrimas, pero esta vez de felicidad.

—¡Si mi amor, estoy bien! Solo tengo un esguince en el tobillo de mi pierna derecha, hematomas y aporreo generalizado.

—Eso requiere cuidado y reposo absoluto, ¿si quieres, puedes enviar por mí? —Suplicó ella— ¡Manda por mí! Deseo cuidarte, estar contigo en estos momentos —rogó Jenny.

—¡Prepárate! —Contestó Brad emocionado— Ya te hago llegar el avión, para que te traigan a la mansión en Ciudad Frontera, que nos queda más cerca —aseguró él.

»Permite, que haga unas llamadas y te corroboro la hora de llegada del avión por ti. Te amo, Jenny —declaró él apasionadamente.

—¡Sí mi amor! ¡Yo también te amo! —Confesó ella, feliz— Me llevaré a los niños, para que me ayuden a cuidarte y consentirte —asintió, con su voz dulce y melodiosa, la cual este adora. Para Brad, ese tono tan cariñoso era música celestial para sus oídos.

—¡Estoy seguro, con los tres a mi lado, me rec