C102- A SU IMAGEN Y SEMEJANZA.
C102- A SU IMAGEN Y SEMEJANZA.
No obstante, debajo de toda esa desesperación, algo comenzó a arder. Una chispa de determinación.
—Te voy a encontrar, mariposa… —murmuró, entre el dolor y la esperanza—. Y te voy a demostrar que no todo fue una mentira.
En ese momento, Enzo entró al despacho. Acababa de regresar de Chicago, había querido llegar antes, pero tuvo días de tensiones con los socios por la amenaza de los albaneses. Al cruzar la puerta y ver a Cassio, supo que la situación se había complicado.
—¿Qué demonios pasó aquí? —preguntó, dejando su abrigo sobre una silla y acercándose.
Cassio levantó la mirada, sus ojos estaban llenos de algo que Enzo no veía a menudo: vulnerabilidad.
—Luna lo sabe todo —murmuró—. Ella... ella no quiere que la busque. Dice que quiere... —la voz de Cassio se quebró, y por un momento pareció que no podía continuar—. Que quiere abandonarme.
Enzo parpadeó, sorprendido, pero al final suspiró, comprendiendo las consecuencias. No quería sonar cruel,