C48-LO QUE TU JAMÁS SERÁS.
C48-LO QUE TU JAMÁS SERÁS.
Elizabeth apareció corriendo hacia el patio, jadeante, con el rostro pálido y los ojos desbordados de miedo y Gideon giró la cabeza hacia ella, sorprendido, con la respiración agitada y la sangre resbalando por sus heridas.
Magnus, quien seguía bajo su peso, aprovechó el momento, se liberó y embistió con todo su peso, hundiendo las fauces en el costado de Gideon, hasta arrancarle un aullido de dolor.
El patio se estremeció.
Algunos lobos creyeron que el Alfa caería, que aquel sería el final. Y Elizabeth, con el corazón encogido, se llevó una mano a la boca y sus piernas temblaron al ver la sangre resbalar por el cuerpo de Gideon.
Magnus lo aplastó contra el suelo, clavando las garras en su cuello, dispuesto a terminarlo allí mismo.
—¡Este es tu final, Gideon! —rugió, sus ojos brillando con una furia hambrienta.— ¡Y todo por una perra!
Esto encendió la rabia en su pecho y encontró fuerzas donde nadie más lo hubiera hecho. Recordó a Elizabeth mirándolo con des