C31- UNA SÚPLICA DISFRAZADA DE DOMINIO.
C31- UNA SÚPLICA DISFRAZADA DE DOMINIO.
Gideon caminaba de un lado a otro de la habitación, la copa de bronce llena de hidromiel se balanceaba en su mano y la bata negra se abría con cada paso, revelando su torso dorado, marcado por cicatrices y músculos tensos. Sus hombros anchos, su cuello grueso, todo en él gritaba poder. Pero las palabras que había dicho su hermano resonaban en su cabeza como un tambor de guerra: Una marca, y todo lobo sobre este reino, y los que vengan, sabrán que es tuya.
Su lobo gruñía dentro de él, aprobando, porque la sola idea prendía fuego en su sangre.
Entonces, escuchó el golpe en la puerta.
El aire se espesó con su aroma y supo que era ella. Siempre olía igual, dulce, cálido, irresistible para él. La excitación llegó con fuerza y dejó la copa sobre la mesa y cruzó la habitación en tres zancadas.
Al abrir, allí estaba Elizabeth.
Llevando una bata de seda, con los brazos cruzados bajo el escote y el rostro impasible.
No dijo nada, solo entró.
Gideon cerró l