C109-ÚSAME.
C109-ÚSAME.
El ruido del club fue quedando atrás mientras Sofía lo ayudaba a caminar por el pasillo que conducía a la salida lateral. Draxel no estaba ebrio al punto de perder la conciencia, pero sí lo suficiente como para que su andar fuera torpe.
Afuera, el aire nocturno era un golpe fresco que contrastaba con el calor sofocante del club. Sofía levantó la mano y llamó un taxi, mientras él se dejaba caer en el asiento trasero como un hombre derrotado y ella entró a su lado, cerrando la puerta con decisión.
Draxel apoyó el codo contra la ventanilla y se cubrió los ojos con la mano. Su respiración era pesada, como si cada inhalación le doliera.
—No debiste sacarme de ahí —murmuró con voz ronca.
Sofía lo miró con firmeza, aunque por dentro estaba temblando.
—No iba a dejarte hundirte más, Draxel.
Él bajó la mano lentamente y la miró. Y en sus ojos ella vio dolor, rabia y algo más: un vacío profundo que amenazaba con tragárselo.
—¿Por qué? —preguntó, con un hilo de voz—. ¿Por qué te impo