C28 - TIJERA MALDITA.
C28 - TIJERA MALDITA.
Martha seguía en la puerta, con la escoba en una mano y la sartén en la otra, mirando a su señora como si intentara descifrar si aquello era real o una pesadilla.
—Mi señora… pero… pero… ¿qué le pasó?
Narissa se giró con los ojos desorbitados.
—¿Qué me pasó? ¿¡Qué me pasó!? ¿¡No lo ves!? ¡No tengo cejas! ¡Ahora parezco un trasgo calvo de las cuevas!
La carabina, intentando disimular la mueca que se le escapaba, se apresuró a tomar un peine.
—Creo que debe ser temporal… si lo peinamos un poco…
—¡¡¡AHHHHH!!! —el grito de Narissa rebotó en las paredes cuando vio el peine lleno de mechones. Sus ojos se abrieron aún más—. ¿¡Qué hiciste?! ¡¿Qué hicisteeeee?!
Marta retrocedió, viendo cómo su señora casi echaba humo por la nariz.
—Yo… yo… yo solo quería ayudar…
—¿¡Ayudar!? ¿¡Ayudar!? ¡Me vas a dejar calva, estúpida! ¡Ve por Runa o alguien que solucione esto! ¡Apúrate, inútil!
La mujer asintió tan rápido que parecía que la cabeza se le iba a desprender y salió c