—Es peor de lo que pensaba. —Dijo finalmente, bajando los binoculares—. Hay guardias en las torres de vigilancia, drones patrullando el perímetro y sensores instalados en los caminos principales.
Elizabeth, revisando su dispositivo desde una roca cercana, asintió. —La configuración es intensa, pero no imposible. Con los puntos débiles que Dalton mencionó, deberíamos poder entrar si actuamos rápido.
Samuel, que estaba cargando su rifle con movimientos precisos, se giró hacia el grupo. —Bien, ¿quién está listo para una locura?
Alice miró a Samuel y luego a Dalton, su expresión firme. —No vinimos hasta aquí para rendirnos. Estamos listos.
Nicholas trazó un plan rápido sobre el mapa que había extendido en el suelo. —Alice, Dalton y Elizabeth irán por el túnel directo al servidor. Manténganse bajos y muévanse rápido. Samuel, Daniel y yo distraeremos a los guardias y los drones. Tendremos que mantenernos visibles el mayor tiempo posible para darles espacio.
—¿Y qué pasa si nos detectan antes