El aire frío de la montaña comenzaba a disiparse cuando el sonido de vehículos acercándose rompió el silencio del refugio. Un convoy de autos negros, acompañado por dos helicópteros que sobrevolaban el área, llegó al lugar. Los miembros del equipo se miraron entre sí, alertas al principio, hasta que reconocieron el emblema del gobierno en las puertas de los autos. Nicholas se levantó de inmediato, y Samuel se posicionó cerca de una ventana para observar con cautela.
—Es el vicepresidente. —Informó Elizabeth, alzando la vista de su laptop. —Parece que no perdieron el tiempo en venir.
El primer auto se detuvo justo frente al refugio, y un hombre alto, de traje impecable, salió del vehículo. Era el vicepresidente, un político de presencia imponente pero cálida, alguien que había estado siguiendo de cerca la batalla contra Alfa. Su escolta estaba compuesta por agentes armados y coordinados, cada uno moviéndose con precisión en el perímetro.
El vicepresidente avanzó hacia la entrada d