102. SOLO SOMOS AMIGOS
KANE
Conduje por un sitio bien intrincado y cada vez más alejado de la civilización.
A medida que nos acercábamos a ese lugar desconocido, sentía crecer la tensión en Emily.
Pronto, a lo lejos, se podía vislumbrar unas altas cercas de acero, forradas, que no dejaban ver más allá.
En lo alto, torres con vigilantes y la carretera llegaba hasta una caseta donde se detenían los autos antes de entrar.
— Emily, ¿a dónde exactamente me has traído?, ¿es esto una prisión o algo así? – le pregunto frunciendo el ceño.
— Se podría decir que lo es – me respondió sin mirarme, sus ojos nublados observando las altas torres – es una mina mágica.
— Déjame hablar, mantente en silencio. De como nos comportemos aquí depende el poder obtener o no la ayuda para tu Alfa.
Me dice al fin observándome con sus iris rojizos.
Emite tristeza y fragilidad por todos sus poros, mi lobo muere por acercarse a ella y consolarla, pero me resisto como un idiota y solo asiento en silencio.
— ¿Qué buscan aquí? – nos detiene