Todo se había vuelto tan tranquilo, me sentía envuelto por esta hermosa oscuridad que se sentía casi como si flotara en el vacío... embriagado por la sensación de la gélida muerte. Sin embargo, repentinamente comienzo a percibir un olor nauseabundo que quemaba mi nariz y una sensación de humedad tan desagradable, que me indica que no estoy muerto aún.
Mis párpados aún se sienten pesados, pero hago un esfuerzo por abrirlos, poco a poco me acostumbro a la poca luz del lugar y me percató de que me encuentr