Cuando iba llegando a la casa de Claudine, me percate de que ella estaba en la esquina, así que aparque mi coche frente a ella y baje.
— ¿Que haces aquí? ¿Y vestida de esa manera? — Le pregunté.
Ella tenia una enorme sudadera con capucha, un tapabocas y gafas de sol.
— Estoy camuflada, es que salí de casa sin que nadie me viera — Me contó.
Yo me rei un poco, Claudine era como esa brisa fresca que sopla después de una tormenta.
— Vamos, no quiero que tu padre nos encuentre y me de una golpiza por haber sacado a su angelito de casa a estas horas de la noche — Le dije.
Claudine levanto una canasta que estaba a su lado en el suelo y empezó a caminar con ella al coche.
— ¿Eso que es? — Le pregunté.
Ella se detuvo y me miró.
— Algunas cosas que empaque, no puede haber una salida romántica sin comida — Me dijo.
Yo me subí al coche y espere a que ella también lo hiciera.
— Ya he comido — Le dije.
Ella me miró y respiro profundo.
— Pues comes otra vez — Me dijo.
— Ok, ¿y que has traído? — Le p