Cuando llegue a casa escuché a mi padre gritar, corri hasta la oficina de dónde provenían los gritos.
— ¿Que pasa? — Pregunté apenas entre.
Mi hermana estaba sentada frente al escritorio de mi padre y estaba llorando.
— Se quiere divorciar — Me dijo él con enojo.
Yo camine hasta mi hermana y me senté a su lado, ella levanto la cabeza y me miró.
— ¿Estás segura? — Le pregunté.
En el fondo me alegraba muchísimo su decisión, y lo primero que haría cuando papá me otorgue el título era llevarla lejos de ese infeliz, ella y Eli necesitaban estar juntas.
— ¡Ella no puede traer más vergüenza a nuestra familia! Félix me hizo un favor al aceptarte y tú le pagas así — Volvió a gritar.
En momentos como estos me gustaría tanto gritarle a mi padre, pero sabía que las represalias serían muy malas, no tanto para mí, si no para Paulina.
— Le vas a parir un hijo pronto, no puedes separarte — le dijo papá.
— Deberías pensarlo mejor — Le dije a mi hermana.
Ella me miró con odio pero no contesto nada.
— C