Mundo de ficçãoIniciar sessãoMiguel se empeñó en llevarme a casa, era demasiado insistente, así que acepté, y cuando llegamos frente a su coche no me lo podía creer. Tenía un cochazo. Me abrió la puerta del copiloto y me invitó a entrar.
Me giré para observarle, sonriente, besando su mejilla, bajando un poco hasta encontrarme con sus labios, atreviéndome a besarlos también, con ambos obse







