•••乁༼☯‿☯✿༽ㄏEn boxer.Estaba en estúpido boxer.El mismísimo Luciano Carpini estaba paseándose en boxer por su modesto departamento.Desde el minuto uno que salió de su departamento ella se conecto a la red de su casa, desde una tablet.Cuando su tablet vibró anunciando que un intruso estaba en su hogar se alarmó, creyó que cuando volviera a su departamento iba a tener que hacer una limpieza profunda, porque él le destruiría todo lo que tenía.Pero no.El muy desgraciado se estaba paseando en boxer como si de su casa se tratara.Al no tener audio en la tablet, no podía saber que decía, recibió una llamada telefónica y no pudo saber quién era, pero por las acciones que hacía podia darse una idea.Estaba hurgando en las gabetas de la cocina buscando lo único que tenía, galletas.—¿No piensa irse de tu departamento? — le dijo su amiga Sentándose a su lado en la cama, dónde ella estaba, pero Alanna tenía la vista clavada en la tablet.—No lo se.Le gustaba estar en su casa, era cómoda, solo que no tenía libros como la de ella de echo tenía ventanas grandes.—¿Qué está buscando? —dijo victoria intentando quitarle la tablet para ver a Luciano, pero ni loca dejaría que viera a su crush en boxer merodeando su casa como si fuera suya. Ese trasero era impresionante. De verdad que lo envidiaba,—Algo de comer, supongo, sabes que no tengo nada decente.—Quizas se apiade de tí y te haga un buen mercado.—¿Para que? Igual no se cocinar. Mejor que la equipe con galletas y gomitas.—Eres un caso perdido.Siguió viendo la pantalla de la tablet y casi se atraganta con su propia saliva, el muy desgraciado estaba en su habitación revisando su ropa interior.¿Cómo se atrevía?.Saco de su bolso otro teléfono desechable, no quería que la rastreará y descubriera dónde estaba.Rápidamente marco su número de teléfono que se sabía de memoria.Solo un par de repiques y contesto la llamada, aún con la cabeza metida en su ropa.—Alanna—Buen día, Luciano, espero hayas disfrutado las galletas, son mis favoritas, y en esa gaveta no vas a encontrar mas— dijo refiriéndose a la gaveta de ropa interior, ¿Porque demonios tenía que estar viendo su ropa interior?Él rápidamente gira sobre sus talones viendo a su alrededor, no veía nada fuera de lo normal, pero de que había una cámara había, ¿Sino como lo estaba viendo? Y en puto boxer.Tampoco es que era la primera vez que lo vea en boxer la verdad.—Definitivamente te gusta invadir mi privacidad, Alanna.—Pues realmente no, es mi departamento después de todo, además, tengo mi sistema de vigilancia y desde el minuto uno que llegaste te estoy viendo.—¿Estuviste de pervertida viéndome dormir?—Estemm... no ¿Porque haría eso?—Mentira, si lo hiso, pero solo hasta que se descargo la tablet, por no haberse dado cuenta que estaba sin batería a tiempo.Pido ver cómo Luciano observaba cautelosamente las paredes de la habitación, viendo los estantes con libros y unas cuantas plantas acomodadas estratégicamente en medio de ellos.—Deja de ver mi ropa interior. Me... Me incomoda.—¿Te incomoda que vea tu ropa interior? No es como si te la viera puesta, a demás, incomode debería de estar yo, que me está viendo ahora mismo en boxer.—Pues no deberías ya te he visto antes asi.La risa de Luciano se escuchó estruendosa, pudo ver cómo se rascaba la nuca a través de la cámara.Que sexy se veía.—Que hombre —dijo victoria cuando se acercó más a Alanna.Le dió su mejor cara de *no mires, es solo mío*.Victoria subió las manos en señal de que entendía todo y salió para dejarla a solas con ese bombón de cuerpazo bien trabajado.—No estás sola por lo que escucho —su voz sonaba rara, acaso estaba... ¿Irritado?—No lo estaba, Por cierto, ¿Con quién hablaste anoche?Después de unos segundos que parecían eterno, segundos que vio cuando Luciano se volvió a acostar en su cama, cruzar las piernas y colocar la mano libre tras su cabeza, dando una buena vista frente a la cámara.—Con mi primo, ¿Cómo sabías que...? Olvídalo.—¿Le dijiste dónde estabas? No quiero a ese gordo en mi hogar.Ese hombre realmente era un estúpido y esa barriga de cochino lo hacía parecer más estúpido aún, bien le quedaba su nombre, parecía a Gus-Gus el ratoncito de la Cenicienta, toro rechoncho y torpe.—¿Asustada?—No. — otra vez mintió descaradamente, obvio que estaba asustada, pero no sé lo diría ¿Para que? Si ya era suficientemente extraño estar hablando como si fueran los mejores amigos del mundo que tienen años conociéndose.Era extraño, muy extraño, pero le gustaba.—Eres tu el que me preocupa realmente, no por algo tengo una sentencia de muerte tuya, por quererte ayudar a vivir ahora soy yo quien va a morir, por tu mano.Un revoloteo en el estómago desagradable la hiso fruncir la cara completa, de solo pensar que el la mataría la ponía a temblar como gelatina.—No pienses en eso, además más de una vez han intentado hacerlo y no han podido, soy yo quien los elimina después de todo.Y era verdad, llevaba tiempo siguiéndolo y muchos intentaron matarlo pero sin absolutamente nada de éxito, quien estuvo a punto de conseguir que lo hiciera fue Gustavo, fue astuto en conseguir a un león para que hiciera el trabajo sucio.Lo veía en su cama y le entraban unas ganas tremendas de estar ahí con el abrazados, acariciándose, besándose.BASTA, ALANNA se decía mentalmente, tenía que dejar de pensar en ese tipo de cosas, por dios, era su crush quien la sentenció a muerte, tenía que ser realista, eso no podía ser, jamás.—¿estás ahí? — pregunto él después de que ella quedó cayada por un rato,—Si, puedes comerte el yogurt que está en la nevera para que desayunes.—Eso Jones un buen desayuno, estoy pensando seriamente en dejarte vivir solo para alimentarte como es debido.—Yo... Emmm...— ¿Porque tartamudeaba? Era estúpido, pero escucharlo decir que el la alimentaria la ponía nerviosa.—Oye, espera.Y colgó, no podía seguirlo escuchando, no la iba a engatusar con sus palabras cifradas.Pido ver cómo se contenía viendo la pantalla de su teléfono.Si algo lo caracterizaba a él era que era muy controlado, prácticamente nada lo sacaba de su centro.Tenía un autocontrol envidiable.👩🏻💻👩🏻💻👩🏻💻•••(✿☉。☉)Luciano Todavía no había encontrado una sola camara, ¿Dónde demonios las tenía? Tampoco es que el departamento estuviera forrado en plantas, libros y cosas electrónicas, no, todo estaba ordenado, ¿Acaso estaba entre las paredes? Era frustrante no saber desde donde lo veía ella, porque estaba seguro que veía cada lado que daba. Luciano se preguntaba que tanto lo había visto.Ella había dicho que lo veía viendo sus programas de tv, y haciendo sus rutinas, ¡Demonios! Sus rutinas, a él le gustaba hacerlas desnudo.No iba a negar que se había molestado mucho con su intruso en este caso era una mujer, así que mejor dicho, una intrusa, pero llevaba unos días en su departamento y ya la extrañaba, es más quería verla en persona unas imágenes no le eran suficientes.No aguantaba las ganas de que ella llamará nuevamente, el no podía llamarla, estaba apagado su teléfono, y ella solo llamaba de teléfonos desechables, de esos que no puedes devolver llamadas menos rastrearlos.
♥━━━━━━━━━╬☆♡✩╬━━━━━━━━━♥•••ಠ ͜ʖ ಠEstaba distraída en el taxi de regreso a su departamento, tanto que el taxista le tuvo que gritar que se bajara, que si no quería no pagara pero que saliera de su carro ya que lo estaba poniendo nervioso. Si se bajó y claro que le pago, solo que estaba más que metida en sus pensamientos que ni cuenta se había dado que llegó a su destino. Cómo zombi camino hasta las escaleras, no quería subir en el ascensor, no quería llegar tan rápido a si casa. ¿Y si después de todo el ya no la quería ver? O peor aún ¿Si después que estuvieran frente a frente el la terminará matando? Se sentía estúpida, porque podía ser una trampa y ella estaba cayendo redondita en ella.¿De que hablarían? Ella no era muy de hablar con las personas de frente, ella era mejor A través de la red, desde nadie la veía y podía desenvolverse mejor con cualquier tipo de conversación.Tenía que dejar de pensar es eso o se le secaría el cerebro de tanto pensar.Llegó a su departame
♥━━━━━━━━━╬☆♡✩╬━━━━━━━━━♥•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤLuciano se sentía terrible por haber dejado así a Alanna, no queria siquiera imaginar la clase de cosas que pudo haber pensado cuando amaneció y no lo vio a su lado.Habían pasado dos semanas, era al rededor de las dos de la tarde cuando estaba llegando a su casa, saco el dispositivo que bloqueaba cualquier señal de su casa, puesto que seguramente ella lo estaría observando, como siempre, no quería que ella supiera lo que tenía en mente solo esperaba que entendiera el porque lo hacía. Si quería tener éxito en todo tenía que pensar con la mente fría.Pero tenía un par de trabajos que hacer, no era como que le faltará dinero, ya tenía suficiente como para vivir cómodamente por unos años, pero era un hombre de palabra además le gustaba su trabajo, le gustaba matar, ¿Bizarro no? Pero así era, un sicario, del mejor en su oficio. Por eso lo contrataban los mejores mafiosos y hasta del gobierno para no dejar ningún cabo suelto.¿Que haría
EXTRA...KATERIN, AMOR EN LAS SOMBRAS Una tarde de verano Katerin Nara conducía feliz por la carretera , su cabello castaño le ondeaba con el viento a causa de la velocidad que llevaba , estaba feliz porque su padre le había obsequiado un coche antes de su cumpleaños, un hermoso Audi blanco, sentía que flotaba en la carretera, ella pensaba que se lo iba a regalar para su cumpleaños pero se adelanto.- Pero, que tanto? - Pensaba ella solo faltan pocas semanas para mi cumpleaños, aunque él había prometido dárselo para ese día, esa mañana cuando katerin salio para ir a trotar se sorprendió al ver ese hermoso auto con un gran lazo rojo arriba, frente a su casa, tení una nota pegada en el limpia parabrisas que decía"Para mi niña adorada te amo con todo ni corazón espero te guste tu regalo de cumpleaños adelantado.Con amor papá"No lo podía creer, su propio auto, ya no tendría que usar el de su padre, podría salir con sus amigas tranquilamente y pasear por la cuidad con su bello co
Unos cuantos años después.Luciano no se acostumbraba a la invasión de privacidad de su mujer, es que ella ya sabía que él llegaba a casa mucho antes de siquiera tocar a la puerta.Dónde el estuviera ella lo observaba, sabía a dónde iba y con quien estaba. Digamos que es como un hobby para ella acosarlo a través de la red. Pero realmente no le importaba, ya no. Ahora estaba... Feliz de que su vida fuera más... Normal.—¿Quieres que te lleve algo?— Hablo Luciano a la nada. Estaba caminando en un parque cerca de una pequeña pero lujosa residencia. A los pocos segundos, cuando mucho tres segundos después, recibió un mensaje.— un helado de chocolate.El sonrió y se desvío a una heladería. A veces más personas lo veían extraño por estar hablando solo. Es que el simplemente podía hablar con Alanna por mensajes de WhatsApp o por notas de voz, pero no, él prefería hablar solo y ella le respondía por medio de un mensaje, eso se había convertido como en una costumbre para ellos, y es qu
•••( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)Alanna estaba comiendose las cutículas de los nervios, estaba en una encrucijada, no sabía que hacer, si dejar todo a la suerte y que fluyera por si solo, que pasara lo que tuviese que pasar o intervenir de alguna manera.Pero si intervenía ¿Cómo lo hacía? ¿Que comodín tenía? Llamar a un amigo no era una buena opción así que lo descarto de inmediato. No, no llamaría a su mejor amigo.El otro comodín sería contactar con la mente maestra más grande del mundo, el Internet y así, con suerte esperaba que su "situación" tenga solución quizás si entraba en alguna red del gobierno y veía algunos planes estratégicos, quizás podría servirle... Pero no, no contaba con el tiempo suficiente. Y el último comodín, actuar. Sería muy sutil,. Dejaria un simple mensaje que con suerte podría ver y entender.Pero realmente estaba Estresada, así era como se sentía.Su concentración estaba puesta en las pantallas que estaban frente a ella, el resplandor de las luces era lo que
•••ಠ_ಠEstaba estresado, y tenía mucha hambre, dos cosas que lo alteraban ¿Era mucho poder comerse un bocadillo tranquilo? Pero estaba viendo un programa de lo más interesante en la televisión y no quería pararse a prepararse algo porque tendría que despegarse de la pantalla. Pero Alguien le estaba fastidiando los cojones, lo sabía, y eso simplemente significaba una cosa, que ese alguien, tenía que morir.No estaba de humor eso estaba más que claro.El sonido de su teléfono le saca un gruñido, era un correo. Le resto importancia ¿Quien mandaba correos en pleno siglo veintiuno? Pero más a un, a su teléfono personal. Realmente iba a tener que levantar su trasero de la cama e ir a la cocina a prepararse algo de comer, su estómago ya le estaba reclamando desde hace dos horas. Pero volvió a sonar su teléfono, otro correo. Y otro.Y otro.La pantalla de la televisión cambio de imagen y salieron franjas de colores luego se volvió negra con infinidad de pequeñas letras color ve
•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤMuy bien, tenía que pensar con claridad, los nervios la estaban matando. Lo que si sabía era que tenía que huir, escapar, esconderse bajo las rocas más grandes que están en el fondo del mar, en un lugar bien alejado de dónde estaba horita.Y ¿Porque? Porque Luciano Carpini la iba a encontrar y la iba a asesinar, como ella lo imaginaba lenta y dolorosamente, de solo imaginarlo la piel se le ponía de gallina.Así que ahí estaba ella. Con una pequeña maleta metiendo lo primero que encontraba.Es que después de ver cómo mataba con sus propias manos a él susodicho que se suponía tenía las pelotas más grandes del universo para atreverse a matar a Luciano, quedó con la sangre congelada.Recordaba muy bien la escena, lo vio entrar a la cocina he ir a la nevera por un bocadillo, el muy condenado tenía una puntería envidiable y unos reflejos impactantes. Vio como colocaba el arma que tenía en la mano detrás de su espalda para así poder comer con más tranquilidad,