4

(⁠◔⁠‿⁠◔⁠)

Luciano contemplaba el edificio donde vive Alanna, su hacker realmente vivía en uno de los más caros y lujosos.

Su departamento estaba equipado con toda clase de tecnologías, muy avanzadas de hecho, unos cuantos estantes de libros, muchos en realidad.

Luciano respiro el aire del apartamento y se sentía realmente agradable, casi exótico, se sentía como en otro mundo, plantas y libros por doquier pero debidamente ordenados. Estaban acordes con la decoración del lugar. Cuadros de animales y paisajes que armonizaban todo.

Era realmente relajante.

Estaba pensando porque se apresuró en llamarla, eso fue una clara advertencia para que hullera del lugar, él no quería eso, tal vez si no la hubiera llamado, la hubiera encontrado ahí, acorralando a su presa.

Pero ya no estaba, había huido de él, aunque no era posible, tarde o temprano la iba a encontrar, siempre encontraba a sus presas, siempre.

Al poco tiempo de haber acabado con la insignificante cucaracha que quiso tener bolas y matarlo, ya sabía todo de ella desde su fecha de nacimiento hasta la de sus familiares.

Había revisado su departamento por completo el baño, la sala que estaba llena de computadoras, la cocina, que no tenía más que comida chatarra, y su cuarto, tocando su suave ropa.

Pensaba si ella le devolvería la llamada.

Quizás no, porque, bueno, la amenazó de muerte, ¿Quien llamaría a su futuro verdugo después de eso? Exacto, nadie.

Sale a la terraza y observa los edificios de la ciudad, pensando en cuál de esos se encontrará, y sobre todo si estará en la ciudad.

No quería ir a su casa, ¿Para que? Su casa no olía como la de Alanna, la suya olía a detergente. Y nada agradable le esperaba,

Quizás si iba era señal suficiente para que su primo Gustavo lo intentará matar de nuevo.

Que idiota.

—¿Que pasa Alanna, porque no llamas?— no es que quisiera escucharla de nuevo, no, eso era absurdo, no quería escuchar su suave voz, el solo quería terminar con todo eso de una buena vez. Eso era todo.

La vibración de su teléfono lo saca de sus pensamientos, y un tornado se aloja en su pecho, raro pero así era.

—Alanna, buenas noches.— le dijo, pronunciando su nombre suavemente, le gustaba su nombre, le gustaba pronunciarlo.

—Hola, Luciano.— dijo después de unos segundos de silencio.

—Crei que no me  llamarias.

—Es un teléfono desechable, así que cuando llegues ya no estaré aquí.

—No me molestaré, entonces.

—Emm, bueno pues, bien— la escuchaba un tanto nerviosa, y no era para menos, después de todo estaba hablando con su futuro verdugo.

—¿Y dónde estas?

No era que estuviera esperando que ella se abriera a él y le dijera con lujos y detalles donde se encontraba y con quién pero... ¿Con quién estaba por cierto? ¿Estaría sola? ¿Acompañada? Esas preguntas llegaron a su mente una tras otra.

Quería verla, en persona, en su departamento no había alcanzado a ver alguna foto de ella, los vídeos que vio en los de la seguridad de su edificio eran una cochinada, no se apreciaban con claridad, pero lo poco que pudo ver realmente le llamo la atención.

—estoy en casa de un buen amigo— la escucho decir.

Apretó los dientes, con que un amigo. ¿Eh?

—Mmm. —Silencio, fue lo que hubo después de eso, — ¿Un amigo con derecho?

—Estás celoso. —dice después de una risa, y Luciano sonríe tambien—. A ver qué si querías que estuviera sola está noche no tenías porque haberme perseguido a mi departamento.

—Quiero que pases la noche sola.— le dijo borrando la sonrisa de su cara.

—Como ya te dije —su voz ya no la escuchaba risueña como antes, ahora se escuchaba seria, pero ¿Porque lo tuteaba? ¿Con que derecho? —. Me quedo con un amigo.

— ¿También se dedica a tu... oficio? — ¿Es un hombre? Le quiso preguntar, pero se abstuvo de decirlo.

—No. —dice muy bajo—. Pero te gustaría. Aunque  Ella también trata con la información, pero es muy astuta sabe lo que hace, hasta que la gente suelta todos sus más oscuros secretos.

Se quedan unos segundos en silencio, unos minutos tal vez.

No le importa esa información de su amiga, solo quiere saber de ella, como por ejemplo, su color de ropa interior, o si tan siquiera tiene ropa interior puesta

—Es sin derecho. —dice Alanna al no escuchar que Luciano dice algo mas—. No es… no es nada de lo que puedas pensar

El suspira, por alguna extraña razón queria escuchar que ella dijera que es solo un simple amigo. Aún así no quería que estuviera ahí, con él, ¿Estaba con el nada más? ¿o había alguien más?.

—creo que debería regresar a tu departamento, veo que tienes unas plantas que le has puesto mucho empeño en cuidarlas . — le dice tomándose de la barbilla—. Puede que... Al final termine no matandote.

—Wow, eso... Eso es una excelente oferta, Luciano muchas Gracias. —ella ríe, cosa que preocupo a Luciano porque al escucharla reír, algo en su pecho se alboroto.

—De nada. Así que Piénsalo bien.

Silencio, la llamada había terminado. Así que guarda su teléfono nuevamente, sintiéndose inquieto. Siente... Siente como si necesitara hablar nuevamente con Alanna.

🔪🔪꒰⁠⑅⁠ᵕ⁠༚⁠ᵕ⁠꒱⁠˖⁠♡

El teléfono de Luciano estaba que explotaba en llamadas entrantes, llamadas que ignoraba porsupuesto.

Estaba acostado en la cama de Alanna, comiendo galletas de chocolate con naranja que consiguió en la cocina, no tenía algo de comida medio decente, a ese paso iba a terminar no matandola, pero sola para darse el placer de torturarla comiendo, es que ¿Cómo alguien podia vivir solo comiendo galletas y barras energéticas? Ella solamente, le parecía ilógico.

Cuando la vio en las imágenes de la cámara de video del edificio pudo darse cuenta de que era delgada, y ya veía la razón del porque era así de delgada. Aunque realmente no se veía para nada mal. O bueno lo que pudo apreciar en esas imágenes claro.

Otra vibración de su teléfono lo saca de sus pensamientos. Realmente no quería contestar esa llamada.

—¿Que?— dijo irritado al contestar la llamada.

—Luciano, Primo— era Gustavo, que hipócrita se escuchaba, —¿Que estás haciendo? Vamos al bar a tomarnos unas cuantas copitas.

No podía imaginar lo que estaba tramando Gustavo, ¿Será que lo quería matar en público? O solo quería tenerlo cerca para saber si sospechaba de sus planes hacia él.

Imposible que supiera algo, el no tenía talento para nada de ese oficio a decir verdad.

Lo que no sabía Gustavo era que Luciano tenía una ventaja, y es que Alanna le había dado una advertencia de Gustavo, cosa que corroboro las sospechas que tenía de su primo,

—Estoy leyendo.— vio la portada del libro que tomo de la mesita de noche del cuarto de Alanna, era una lectura erótica,  era interesante ver las colecciones de libros que se gastaba esa mujer, unos gustos bastante peculiares con la lectura, era una morbosa.

— ¿De verdad?— dice riéndose, era una risa nerviosa, muy patética por cierto.—¿Y dónde estas?

—¿Y a ti que te importa dónde estoy? —dijo releyendo la última línea, demonios la lectura estaba muy buena, y tenía que venir Gustavo a frustrarla con sus pendejadas— a demás no es algo que quiera hacer en compañía de alguien.

—Mmm, está bien,  ¿Entonces te acercas al bar? Invite a unas chicas que te van a entretener un rato.

—¿Las invitaste solo para mí?— definitivamente Gustavo quería ganarse la confianza de Luciano, tenerlo lo más cerca posible. Pero Luciano es realmente astuto. No se creía el cuento

—Si, después de lo que pasaste creo que te mereces una buena distracción ¿No lo crees?

—Lo pensare— dice metiendo una galleta en la boca, aunque la distracción que el quería no era precisamente con esas mujerzuelas. Sino con su presa, esa mujer que tuvo la osadía di invadir su privacidad.

—Perfecto—habla después de un suspiro del otro lado de la línea, que estúpido era, de verdad ahora que sus sospechas eran más certeras de que Gustavo lo quería muerto, eran más que obvias todas las cosas que decía y hacia— Nos vemos mañana.

Caramba, si que lo quería eliminar rápido.

Gustavo cuelga la llamada y Luciano bufa en respuesta, que imbécil, hacerlo interrumpir su lectura para eso.

Se acomoda en la cómoda cama de Alanna y continua con su lectura, hasta que...

—Vaya, vaya.— dice al ver lo que encontró.

🔪🔪ಠ⁠ ⁠ل͟⁠ ⁠ಠ

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo