•••(✿☉。☉)Luciano Todavía no había encontrado una sola camara, ¿Dónde demonios las tenía? Tampoco es que el departamento estuviera forrado en plantas, libros y cosas electrónicas, no, todo estaba ordenado, ¿Acaso estaba entre las paredes? Era frustrante no saber desde donde lo veía ella, porque estaba seguro que veía cada lado que daba.Luciano se preguntaba que tanto lo había visto.Ella había dicho que lo veía viendo sus programas de tv, y haciendo sus rutinas, ¡Demonios! Sus rutinas, a él le gustaba hacerlas desnudo.No iba a negar que se había molestado mucho con su intruso en este caso era una mujer, así que mejor dicho, una intrusa, pero llevaba unos días en su departamento y ya la extrañaba, es más quería verla en persona unas imágenes no le eran suficientes.No aguantaba las ganas de que ella llamará nuevamente, el no podía llamarla, estaba apagado su teléfono, y ella solo llamaba de teléfonos desechables, de esos que no puedes devolver llamadas menos rastrearlos.Estaba revisando la vasta colecciones de libros que tenía ella en su departamento cuando tomo uno que le llamo la atención, fue a sentarse, saco una caja de cigarro de su bolsillo, pero cuando lo iba a encender la vibración de su teléfono lo detuvo.—Ni se te ocurra —Es lo primero que escucha al atender la llamada — como enciendas ese cigarrillo los aspersores se activarán y mis libros se dañaran.— y no es como que se molestara que fumara, no, esos eran sus pulmones, lo que la preocupaba era otra cosa.No le preocupaban tanto sus equipos tecnológicos, porque bueno, a fin de cuentas toda su información tenía más de tres respaldos y fácilmente podía recuperarlo, además si el dañaba sus máquinas se las tenía que pagar, como dice el dicho, si lo rompes lo pagas.Lo que le preocupaba eran sus libros, esos que unos cuantos estaban firmados por el autor, otros que eran tan antigüos que sus páginas amarillas se desprendían con facilidad.Eso era lo que más la tenía agonizando, porque los libros no los puedes hackear, ¿Si se los dañaba como los recuperaba? Dudaba mucho que con todo su dinero pudiera conseguirlos, ya habían un par de autores que habían muerto así que sus autógrafos no los iba a conseguir.—Es solo un cigarrillo, los aspersores no se encienden solo por eso.—Los de mi hogar si... por favor, por favor, no lo enciendas— rogó, casi llorando.Luciano frunció el seño, lo que menos quería era hacerla sentir mal, suficiente con haberla echo salir huyendo de su departamento para resguardarse por su vida.No quería hacerla llorar, por alguna extraña razón quería tenerla entre sus piernas, no, menor no, quería tenerla entre sus brazos, y hacerla sentir cómoda y segura.Ya estaba pensado pendejadas.—Esta bien no lo hare—Le dijo mientras guardaba el cigarro nuevamente — ¿puedes venir a tu casa por favor?—Pff, ¿Para que? Se que estás tratando de engañarme, para que baje la guardia y luego matarme.—No lo hare, te lo prometo, quiero verte, necesito verte.—No— es lo único que dice ella antes de colgar.No entendía porque estaba sintiendo esas cosas por su chica, si su chica, ya el la sentía como suya solo faltaba tenerla en persona.No quería matarla, ya no, o por lo menos no como se lo imagino en su momento.ತ_ʖತEstaba acostado en la cama de Alanna, en su habitual estado, en boxer, cuando recibe una llamada de la persona que más estaba esperando durante todo el día, era increíble como la había extrañado, quería oírla.Cruzo las piernas y con su mano libre la coloco tras su cabeza.—¿Estás cómodo? — pregunta ella, tan solo al contestar—Si, pero podría estar mejor. Si estuvieras conmigo.—Ya, claro—Ven conmigo, Alanna.Cómo quería tenerla junto a él, estar entre sus piernas, enterrado en ella, por alguna extraña razón tenerla lejos le había aumentado unas ganas de poseerla incontrolables.En ese libro que leyó la otra noche había una foto de ella, semi desnuda con una lencería de lo más sexi color azul, y se la imaginaba quitándosela poco a poco para poseerla como le diera la gana.—Te ves hermosa en lencería azul—Camino a su habitación,con mi mano libre metida en el bolsillo.—. ¿Como?—Que te ves hermosa en lencería azul—...¿Por qué lo dices?—Tengo una foto tuya en mi poder, y fantaseo con ella cada vez que la veo—No tuviste que haber visto esa foto.—¿Quien te saco esa foto, Alanna?—Yo, desde mi ordenador, la primera vez que te Vi.—¿Te tocaste mientras me veías, Alanna?—... Si, más de una vez, de hecho..—sabes que es más placentero si soy yo quien te da ese placer que necesitas ¿Verdad?—Lo se, pero es lo único que tengo.—Puedes tener más que eso, me tienes a mí, ven conmigo, Alanna, te voy hacer mía.—N.no. vas a matarme, no lo haré, por lo menos no de la manera que crees, te mataré de placer, quiero que gimas mi nombre, enterrarme en ti hasta que te desvanezcas en mis brazos.—No hablas en serio, no juegues conmigo Luciano, sabes que me gustas.—Hablo Muy en serio, Alanna, te quiero hacer mía. ¿Quieres que te folle?— Si, si quiero.—Pues, Ven a mi, Alanna—le dijo masajeando a su miembro a través de la tela de su boxer, sabía que ella lo estaba viendo— te estoy esperando para que me Montes y hacer que te corras una y otra vez sobre mi polla.—¿Seguro que no me lastimaras?—te prometo, que no te haré ningún daño, más que un par de mordiscos.—Esta bien, iré a tí.—te espero con ansias.—Pero hay algo que quisiera que hicieras.ಠ_ಠAlanna estaba realmente nerviosa, lo vería en persona, vería a su crush, Luciano Carpini en persona, y no solo eso, el también quería verla, le había dicho que quería follarla hasta que se fundiera con el en su cama.—¿Quieres que te acompañe?— le pregunto si amiga victoria, sabía que Alanna estaba cagada en nervios, ya se había cómodo las uñas y eso era señal rotunda de nervios.—No, estaré bien, es solo que... No sé, él quiere verme aunque me dió su palabra que no va a lastimarme, estoy nerviosa.—Llevas mucho tiempo viendolo como para que sepas que si te dió su palabra de que no te hará nada pues así será, ¿Que te podría hacer? ¿Dejarte en cama por sobre dosis de placer? Creo que lo necesitas, has de tener una maraña de telarañas allá abajo.—Victoria por favor, no exageres.—Es verdad ¿Hace cuanto no lo haces?—Pff, ya ni recuerdo.—Exacto así que animate, él quiere verte, tu quieres verlo, ya está, no hay más que decir a eso.Ella tenía razón, Alanna estaba nerviosa por nada, después de todo ella se buscó todo eso, y algo bueno había salido después de todo, Luciano quería verla y no para matarlaPero ¿y si ella no era lo que el esperaba? ¿Si no era lo suficientemente bella para él?乁༼☯‿☯✿༽ㄏ♥━━━━━━━━━╬☆♡✩╬━━━━━━━━━♥•••ಠ ͜ʖ ಠEstaba distraída en el taxi de regreso a su departamento, tanto que el taxista le tuvo que gritar que se bajara, que si no quería no pagara pero que saliera de su carro ya que lo estaba poniendo nervioso. Si se bajó y claro que le pago, solo que estaba más que metida en sus pensamientos que ni cuenta se había dado que llegó a su destino. Cómo zombi camino hasta las escaleras, no quería subir en el ascensor, no quería llegar tan rápido a si casa. ¿Y si después de todo el ya no la quería ver? O peor aún ¿Si después que estuvieran frente a frente el la terminará matando? Se sentía estúpida, porque podía ser una trampa y ella estaba cayendo redondita en ella.¿De que hablarían? Ella no era muy de hablar con las personas de frente, ella era mejor A través de la red, desde nadie la veía y podía desenvolverse mejor con cualquier tipo de conversación.Tenía que dejar de pensar es eso o se le secaría el cerebro de tanto pensar.Llegó a su departame
♥━━━━━━━━━╬☆♡✩╬━━━━━━━━━♥•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤLuciano se sentía terrible por haber dejado así a Alanna, no queria siquiera imaginar la clase de cosas que pudo haber pensado cuando amaneció y no lo vio a su lado.Habían pasado dos semanas, era al rededor de las dos de la tarde cuando estaba llegando a su casa, saco el dispositivo que bloqueaba cualquier señal de su casa, puesto que seguramente ella lo estaría observando, como siempre, no quería que ella supiera lo que tenía en mente solo esperaba que entendiera el porque lo hacía. Si quería tener éxito en todo tenía que pensar con la mente fría.Pero tenía un par de trabajos que hacer, no era como que le faltará dinero, ya tenía suficiente como para vivir cómodamente por unos años, pero era un hombre de palabra además le gustaba su trabajo, le gustaba matar, ¿Bizarro no? Pero así era, un sicario, del mejor en su oficio. Por eso lo contrataban los mejores mafiosos y hasta del gobierno para no dejar ningún cabo suelto.¿Que haría
EXTRA...KATERIN, AMOR EN LAS SOMBRAS Una tarde de verano Katerin Nara conducía feliz por la carretera , su cabello castaño le ondeaba con el viento a causa de la velocidad que llevaba , estaba feliz porque su padre le había obsequiado un coche antes de su cumpleaños, un hermoso Audi blanco, sentía que flotaba en la carretera, ella pensaba que se lo iba a regalar para su cumpleaños pero se adelanto.- Pero, que tanto? - Pensaba ella solo faltan pocas semanas para mi cumpleaños, aunque él había prometido dárselo para ese día, esa mañana cuando katerin salio para ir a trotar se sorprendió al ver ese hermoso auto con un gran lazo rojo arriba, frente a su casa, tení una nota pegada en el limpia parabrisas que decía"Para mi niña adorada te amo con todo ni corazón espero te guste tu regalo de cumpleaños adelantado.Con amor papá"No lo podía creer, su propio auto, ya no tendría que usar el de su padre, podría salir con sus amigas tranquilamente y pasear por la cuidad con su bello co
Unos cuantos años después.Luciano no se acostumbraba a la invasión de privacidad de su mujer, es que ella ya sabía que él llegaba a casa mucho antes de siquiera tocar a la puerta.Dónde el estuviera ella lo observaba, sabía a dónde iba y con quien estaba. Digamos que es como un hobby para ella acosarlo a través de la red. Pero realmente no le importaba, ya no. Ahora estaba... Feliz de que su vida fuera más... Normal.—¿Quieres que te lleve algo?— Hablo Luciano a la nada. Estaba caminando en un parque cerca de una pequeña pero lujosa residencia. A los pocos segundos, cuando mucho tres segundos después, recibió un mensaje.— un helado de chocolate.El sonrió y se desvío a una heladería. A veces más personas lo veían extraño por estar hablando solo. Es que el simplemente podía hablar con Alanna por mensajes de WhatsApp o por notas de voz, pero no, él prefería hablar solo y ella le respondía por medio de un mensaje, eso se había convertido como en una costumbre para ellos, y es qu
•••( ⚈̥̥̥̥̥́⌢⚈̥̥̥̥̥̀)Alanna estaba comiendose las cutículas de los nervios, estaba en una encrucijada, no sabía que hacer, si dejar todo a la suerte y que fluyera por si solo, que pasara lo que tuviese que pasar o intervenir de alguna manera.Pero si intervenía ¿Cómo lo hacía? ¿Que comodín tenía? Llamar a un amigo no era una buena opción así que lo descarto de inmediato. No, no llamaría a su mejor amigo.El otro comodín sería contactar con la mente maestra más grande del mundo, el Internet y así, con suerte esperaba que su "situación" tenga solución quizás si entraba en alguna red del gobierno y veía algunos planes estratégicos, quizás podría servirle... Pero no, no contaba con el tiempo suficiente. Y el último comodín, actuar. Sería muy sutil,. Dejaria un simple mensaje que con suerte podría ver y entender.Pero realmente estaba Estresada, así era como se sentía.Su concentración estaba puesta en las pantallas que estaban frente a ella, el resplandor de las luces era lo que
•••ಠ_ಠEstaba estresado, y tenía mucha hambre, dos cosas que lo alteraban ¿Era mucho poder comerse un bocadillo tranquilo? Pero estaba viendo un programa de lo más interesante en la televisión y no quería pararse a prepararse algo porque tendría que despegarse de la pantalla. Pero Alguien le estaba fastidiando los cojones, lo sabía, y eso simplemente significaba una cosa, que ese alguien, tenía que morir.No estaba de humor eso estaba más que claro.El sonido de su teléfono le saca un gruñido, era un correo. Le resto importancia ¿Quien mandaba correos en pleno siglo veintiuno? Pero más a un, a su teléfono personal. Realmente iba a tener que levantar su trasero de la cama e ir a la cocina a prepararse algo de comer, su estómago ya le estaba reclamando desde hace dos horas. Pero volvió a sonar su teléfono, otro correo. Y otro.Y otro.La pantalla de la televisión cambio de imagen y salieron franjas de colores luego se volvió negra con infinidad de pequeñas letras color ve
•••( ͝° ͜ʖ͡°)ᕤMuy bien, tenía que pensar con claridad, los nervios la estaban matando. Lo que si sabía era que tenía que huir, escapar, esconderse bajo las rocas más grandes que están en el fondo del mar, en un lugar bien alejado de dónde estaba horita.Y ¿Porque? Porque Luciano Carpini la iba a encontrar y la iba a asesinar, como ella lo imaginaba lenta y dolorosamente, de solo imaginarlo la piel se le ponía de gallina.Así que ahí estaba ella. Con una pequeña maleta metiendo lo primero que encontraba.Es que después de ver cómo mataba con sus propias manos a él susodicho que se suponía tenía las pelotas más grandes del universo para atreverse a matar a Luciano, quedó con la sangre congelada.Recordaba muy bien la escena, lo vio entrar a la cocina he ir a la nevera por un bocadillo, el muy condenado tenía una puntería envidiable y unos reflejos impactantes. Vio como colocaba el arma que tenía en la mano detrás de su espalda para así poder comer con más tranquilidad,
•••(◔‿◔)Luciano contemplaba el edificio donde vive Alanna, su hacker realmente vivía en uno de los más caros y lujosos. Su departamento estaba equipado con toda clase de tecnologías, muy avanzadas de hecho, unos cuantos estantes de libros, muchos en realidad. Luciano respiro el aire del apartamento y se sentía realmente agradable, casi exótico, se sentía como en otro mundo, plantas y libros por doquier pero debidamente ordenados. Estaban acordes con la decoración del lugar. Cuadros de animales y paisajes que armonizaban todo.Era realmente relajante.Estaba pensando porque se apresuró en llamarla, eso fue una clara advertencia para que hullera del lugar, él no quería eso, tal vez si no la hubiera llamado, la hubiera encontrado ahí, acorralando a su presa.Pero ya no estaba, había huido de él, aunque no era posible, tarde o temprano la iba a encontrar, siempre encontraba a sus presas, siempre.Al poco tiempo de haber acabado con la insignificante cucaracha que quiso tener b