—De acuerdo —lo acepto.
La discusión acaba porque he dejado de insistir y nos adentramos a la casa. Todos mis hijos rodeaban a Ryder y los estaban consolando, no sé si deba hacer algo… al carajo, no soy como los otros alfas, que dejan a sus hijos por su cuenta.
—Lo siento mucho Ryder —le pido acercándome y el resto de mis hijos me hacen espacio.
Poso una mano en la espalda de Ryder para acariciarlo y me la aparta con mucho enojo.
—Me das tanta presión que a veces no quiero ser tu hijo —me confiesa.
Eso me lástima, pero trato de hacer parecer de que no, porque solo quiero entenderlo. Ryder se aparta de todos y sube a las habitaciones, escucho la puerta abrirse y cerrarse, se ha encerrado en su habitación.
—No sé si quieran permitir que me encargue —dice Atlas.
Yo miro a Star y ella me mira a mi de forma inmediata como si dijera que debería dejarlo subir.
—Como sea —respondo fríamente.
Atlas sube a la habitación y lo escucho tocar la puerta, luego logra entrar.