“Cada cosa tiene su opuesto: si no hubiera luz no reconoceríamos la oscuridad, y quizá no podría haber amor si no existiera el odio”
Hans Ruesch
Kenneth Becker
Camino por la ciudad de Homeless dejando a Cinthya con Sandra, sé que está en buenas manos, lleva muy poco tiempo aquí, se adapta y socializa con las personas que le rodean, según la información que recibí, los Crusoe, son de fiar.
Llego al lugar donde me indicaron que ocurrió el accidente de mi hija. Al estar cerca, me encuentro con las dos personas que me ayudarán en secreto en esta investigación.
—¿Cómo están? —saludo a los dos presentes con un apretón de mano.
—Quiero mostrarte algo —responde Iván de inmediato, me lleva al lugar donde cayó Cinthya—. Estas marcas son pequeñas por lo que asumo son de tu hija, estas otras obviamente del perro, sin embargo, hay otras huellas…
—¿Podrían ser de Dante…?
—Imposible —afirma Idara con su marcado acento francés—, Vengan conmigo —regresamos al inicio del angosto camino—, pisadas del per