A la Deriva 32

A la Deriva 32

—vamos entonces, tengo tabaco del mejor — dijo Mateo y así los 3 se dirigieron rápidamente hacia el balcón…

Estuvieron en completo silencio fumando por unos minutos.

—¡qué pedo con esa gente! ¿no?— exclamó Leo finalmente para romper el silencio y la atmósfera tensa.

—sólo sé que el peladito ese tiene algo, no me quedan dudas— dijo Mateo muy serio mirando a la nada.

—yo lo único que sé es que son todos unos raros y que me quiero ir a la mierda— exclamó Theo molesto.

—ya capi solo tenemos que estar atentos a todo nada más— dijo Leo para calmarse un poco.

Theo solo lo miró y siguió fumando al igual que Mateo.

Por su parte Edgar fue a la cocina por un poco de sangre.

Así al rato volvió para cenar.

Para su sorpresa la Varonesa y Sigmund conversaban como si nada.

Valentine permanecía inmóvil viendo a la nada.

Len se acercó y lo observó detenidamente.

Al percibir eso Caridad caminó rápidamente hacia él apartando frenéticamente con sus brazos sillas y todo lo que le obstruía su camino.

—ya Len ¿vale?— exclamó ella nerviosa.

Ante esto Sigmund hizo como que no notó lo sucedido y seguía conversando animadamente sin apartar su mirada de Valentine, Caridad y Len.

Len sólo sonrió a lo que Valentine le devolvió la sonrisa.

—bueno, pero estoy seguro de que tu también lo puedes sentir— dijo Len tomando la mano de Caridad y volviendo a sus lugares.

Bonnie miró molesta a Caridad y Len por lo sucedido.

—pero bueno ¡a ver si se dejan de tantas gilipolleses! Ya es demasiado por hoy— se quejó ella.

—vamos Bonnie tu también sabes que algo pasa y no es nuestra culpa que el joven Edgar no te vea de esa manera especial que tanto quieres— dijo Caridad nerviosa pero segura.

Inmediatamente Manny se acercó a ellas y abrazándolas dijo:

— Ya, ya ¿vale chicas? además respecto a ese jovencito, que por cierto está muy guapo

Al oír eso Bonnie puso los ojos en blanco, Caridad solo río.

— Y yo que por un momento pensé que ya solo tenias ojos para el tío ese, ya me estaba preocupando— dijo Bonnie un poco más calmada.

— Ah, no mi cuqui es mi cuqui. Pero no tiene nada de malo apreciar otras bellezas, a cabo que los tíos hacen eso siempre también. Además cierto es lo que dijo Caridad pero el argentino ese también te trae de malas ¿eh?— dijo Manny con una sonrisa pícara.

— Ya, suficiente, solo disfruto del buen sexo que él me da—

Si claro Bonnie si tu lo dices, igual como que esa esencia oscura que envuelve al jovencito me da miedito así que no me lanzaría hacia él de todas formas—

—si claro Manny, te conozco muy bien— dijo Bonnie molesta.

—ya chicas, además por más que quisieras algo con ese tío, más allá de eso oscuro él tiene un vínculo muy fuerte con esa mujer, así que no podrías— dijo Caridad en voz baja.

Inmediatamente Bonnie y Manny miraron sorprendidas a la Varonesa.

Bueno ya, como sea lo que suceda con ese tío no es asunto nuestro. Ellos acudieron al señor Sigmund, así que él debe saber que pasa— dijo Bonnie en voz baja.

Así se acomodaron en sus lugares y siguieron conversando de cualquier otra cosa.

Justo Theo y los demás también entraron.

Así por fin cenaron.

—bien, al parecer todos disfrutaron de la cena, por mi parte me retiro a mis aposentos por hoy. Pueden hacer lo que gusten, están en su casa. Solo no hagan mucho barullo, veo que son muy ruidosos— dijo Sigmund riendo.

Todos rieron y comenzaron a desplazarse.

Disimuladamente Laurine se retiró con su familia.

— si me disculpan me retiro, voy a conversar un momento con mi madre y después a dormir— dijo Laurine.

—bueno, todo bien. Yo me voy a quedar un rato más con los muchachos jodiendo— dijo Theo abrazándola.

Bonnie la miraba fijamente con una sonrisa malévola.

"si claro, su familia" se dijo Bonnie pensativa.

Así se retiraron.

Mercy y Valentine hicieron lo mismo. Después de hacer una reverencia salieron del salón.

Bonnie se levantó y saliendo también se despidió sin apartar su mirada de Theo.

—bueno, ya escucharon al viejo, yo vuelvo en un rato— dijo Theo saliendo.

—¡ea! Ahí vamos de nuevo— se quejó Francis poniendo los ojos en blanco.

Milton la miró molesto.

—¡bueno calmáte! Ya sabés como es el capitán, así que ¡dejáte de joder! —

Ella solo lo miró seria.

Seguido de eso salieron todos al inmenso balcón y de inmediato comenzó la musiqueada.

Theo por su parte ya estaba teniendo sexo desenfrenado con Bonnie.

...

—¿qué onda el pibito ese? Vos seguro sabés algo— preguntó él agitado tendiéndose junto a Bonnie.

Ella se recostó en su pecho y acariciándole dijo:

—No tengo idea, es la primera vez que veo a esas personas. Sí, ese tío tiene algo turbio, tu también lo percibiste, sino no estarías preguntando.

Pero no sé de qué va lo que le sucede, no es un vampiro ni un mago como nosotros.

Nunca había sentido una presencia así.

¡Oh! ¡Pero que tonterías estoy diciendo!— exclamó ella frenéticamente sacudiendo su cabellera y levantándose bruscamente.

Y en ese momento todo ocurrió muy rápido…

Laurine que dormía plácidamente despertó abruptamente al escuchar nuevamente esa vocecita llamarla.

Al momento que su frente dio contra el frío mármol del piso un rayo partió el negro cielo en 2.

Las olas del mar chocaban Violentamente en la costa.

El grito desgarrador de Valentine se unió a todo ese estruendo al tiempo que casi sin terminar de vestirse Bonnie salía de la habitación.

Los que estaban en el balcón entraron apresuradamente asustados por el grito y el estruendo del tiempo.

Theo miraba para todos lados vistiéndose rápidamente y saliendo sin entender absolutamente nada.

Así como a la velocidad de la luz todos se vieron agitados y asustados en el salón central.

Bonnie y Theo con sus ropas hechas un lío, Laurine con la frente cubierta de sangre a causa del golpe.

Milton abrazó fuertemente a Francis como temiendo una amenaza.

Así en todo ese caos de temor e incertidumbre las miradas de Bonnie, su aquelarre y Mateo se encontraron.

Y casi sin aliento Mateo y Bonnie exclamaron al unísono:

¡Esa presencia es muy similar a la de…

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