Escucho el lejano sonido de una televisión, mientras me concentro en verme al espejo cuando la estilista empieza a cortar mi pelo.

Tengo el pelo por debajo de los hombros y hoy he decidido que un cambio viene bien, pasaron los segundos y me doy cuenta de que la señora me ha dejado con el pelo por el cuello, un poco disgustada he salido con cara de pocos amigos.

He quedado de verme para desayunar con Andrés, con algo de inseguridad le he enviado una foto a Luisa, quien ¡de inmediato! me ha contestado.

Luisa: ¡ETAS BELLÍSIMA!

Lamento decir que aunque la seguridad se encuentre en uno mismo, he necesitado las palabras de validación de Luisa, para dejar de morderme el labio inferior, recuperar mi postura y seguir caminando hacia el lugar de encuentro.

Me siento nerviosa pero ahora más animada y con ansias en espera de su reacción. Reviso una vez más la ubicación que me ha enviado Andrés y para mí sorpresa esta bastante cerca, para ser honesta ni siquiera quería salir pero... And