¡Hay gente que tiene un estilo!

Pienso mientras veo a una compañera de trabajo a través de la pantalla tras una reunión de imprevisto por Rubby.

Tiene el pelo ondulado y seco perfectamente arreglado y voluminoso, el brillo lo percibes a kilómetros de distancia, sus labios rojos, sus ojos perfectamente delineados ¡son las 8 de la mañana! y es un día de semana con un clima frío e indicios de resfriados para todos.

Yo a duras penas me he lavado la cara, me he peinado las cejas y me he hecho un moño bajo para esconder un poco la verdadera identidad de mi pelo rebelde.

La reunión ha resultado ser más una advertencia de lo que pasaría si no cumplimos con nuestro trabajo. Cada hora que no se cumpla con el trabajo, es una hora que no nos será paga.

He dejado salir un suspiro tras haberme despedido, con un poco de miedo conociendo Rubby y su comportamiento frío y distante, que en un segundo nos puede dejar desempleados a todos si hacemos algo que no es de su agrado, si bien es muy recta al mo