CH - 35. Amando los viejos recuerdos
He despertado cansada, aún cuando he dormido más de lo habitual. Helena me ha llamado diciendo que quería verme y como ya soy una desempleada que no tiene rumbo, he llamado a mamá pata informarle de mi visita, a lo que ella ha aceptado sin siquiera haberlo pensado.
Me he parado de la cama con mucho pesar, arrastré los pies al baño y empiezo a lavar los dientes viéndome al espejo que está en frente de mí. Mis ojos lucen tan apagados, estoy más pálida de lo habitual, mi pelo parece un nido de pájaro. Días sin pasarme si quiera un peine. Me estruja la cara y luego me entro a bañar.
Pasaron los segundos y los minutos, mientras seguía debajo de la ducha sintiendo el agua acariciar mi cabeza y bajar a mis pies. Me quedé allí hasta sentir que los dedos de las manos empezaban a arrugarse.
Con una toalla en la cabeza me he vestido con un pantalón de tela y una blusa holgada junto a unos tenis deportivos, me he soltado el pelo y me he puesto una gorra negra, he ido a por mis llaves y he lle