Jairo y Ken también estaban enterados de la noticia del accidente de avión de Rosalía y Yune. Además, como todavía no habían encontrado a los desaparecidos, estaban bastante contentos al respecto.
Ellos eran parte de la familia Burgos, pero generalmente trabajaban en el extranjero. Ahora que los dos ancianos ya no estaban, habían regresado a su país y pasaban todo el día rondando la empresa, planeando obtener algún cargo importante.
Claus vivía de manera bastante despreocupada, y a menudo los avergonzaba. Jairo y Ken estaban decididos a hacer que se arrepintiera de haberse enfrentado a los abuelos Andrés y Andrían.
Claus había perdido a dos personas muy cercanas y, al mismo tiempo, a personas en las que podía confiar. Jairo y Ken se sentían satisfechos con esta difícil situación. Sin embargo, no mostraron su satisfacción en su rostro. Por el contrario, se acercaron a la oficina de Claus y lo consolaron falsamente: —Claus, estamos tristes por el trágico accidente de tu tía y Yune. Pe