Claus observó a Jairo y Ken, y ya había notado sus reacciones. Él entendía que su intento de disculpa no era para nada sincero.
Claus habló en voz baja: —Ya he retirado la demanda, y eso ha sido el máximo acto de clemencia, hacia los dos ancianos. Respecto a sus acciones, las pruebas son contundentes, y la policía está involucrada ahora. Ellos serán procesados según la ley. Si desean que sean liberados, tendrán que hacerlo a través de las autoridades, esto ya no está en mis manos.
Sus palabras dejaron en claro que este asunto no estaba sujeto a negociación. Claus no cedería fácilmente, ya que la policía estaba involucrada y él no podía influir en el veredicto.
Jairo no pudo evitar estallar de enojo. Después de todo, eran mayores que Claus en términos de edad y se sorprendieron por la firmeza de Claus.
—¡Estás yendo demasiado lejos! — exclamó Jairo.
A pesar de que eran sus parientes mayores, Claus no había hecho nada malo y por tanto no les debía nada.
Las anteriores calumnias y d