Las manos de ambos se separaron en un instante, sus miradas apenas se cruzaron en el aire. Pero por alguna razón desconocida, entre los dos, había un cierto aroma a pólvora.
El mánager, que estaba al lado, sintió que el ambiente se volvía tenso. Se apresuró a intervenir y se interpuso entre ellos. Tenía la extraña sensación de que si no los vigilaba, podrían empezar a pelear en cualquier momento.
El mánager habló apresuradamente: —La capacidad profesional de Matthew es indiscutible, Presidente Burgos. No se preocupe, definitivamente completaremos la sesión de fotos publicitarias de manera excelente.
Mientras hablaba, le entregó el contrato a Matthew. Al ver que Matthew no se movía, el mánager se sintió impotente. Algunos artistas como Matthew eran realmente difíciles de manejar.
Se acercó lentamente a Matthew y le susurró al oído en voz baja, con un tono de dientes apretados: —¿Puedes guardar tus problemas para después? Estás en territorio ajeno, ya es suficiente, ¿no quieres arruinar