Después de salir del trabajo, Claus fue directamente a la familia Zambrano y se reunió con los padres de Paula.
El padre de Paula, Luis Zambrano, y la madre, Marta Romero, fueron muy acogedores con Claus.
La comida ya estaba preparada por Luis y Marta de antemano. Después de lavarse las manos al llegar, Claus pudo sentarse directamente.
Paula ayudó a poner la mesa y bromeó: —Claus, por fin has venido. Mis padres te extrañaban mucho.
Al escuchar esto, Marta miró a Paula con reproche y dijo: —Claus, considera esto como tu propia casa, no te sientas de ninguna forma apenado o cohibido.
Claus no había venido aquí en mucho tiempo, pero la actitud de Luis y Marta hacia él no había cambiado en absoluto, seguían siendo tan amables como siempre.
Asintió con la cabeza y dijo: —Lo sé, gracias, tía.
Durante la cena, Marta suspiró: —En un abrir y cerrar de ojos, tú y Paula han crecido tanto. Estás tan ocupado ahora, al igual que Paula. Hace mucho que no compartimos una comida así. Un día, de