De hecho, Claus ni siquiera aún había dormido.
Recientemente, la compañía estaba desarrollando un nuevo proyecto y tenía muchas responsabilidades. Abelardo y Fermín, en particular, no se quedaban quietos y siempre estaban tratando de poner obstáculos en su camino.
Claus personalmente supervisaba cada proyecto importante, para evitar así posibles errores que pudieran tener consecuencias irreparables.
Abelardo y los demás no se atrevían a interferir en los proyectos importantes de la compañía, ya que eso causaría más problemas con los accionistas. Sin embargo, aún debían tener precaución, ya que la familia del segundo hijo y la familia del tercer hijo eran un tanto impredecibles y podían hacer cosas bastante descabelladas en cualquier momento.
Por lo tanto, Claus tenía que encargarse personalmente de anticipar y prevenir cualquier tipo de problema que pudiera surgir.
Claus se frotó la frente con las manos y pensó en ir a ver cómo estaba durmiendo Estrella. Si ella se había destapado